Hologramas que puedes tocar como si fueran objetos reales

La investigadora francesa Immersion está desarrollando un sistema para tocar hologramas como si fueran objetos reales.

Es posible que el 2016 haya sido el año de la realidad virtual; pero de cara al futuro lo más probable es que la realidad aumentada cobre fuerza.

Proyectos como el Hololens de Microsoft nos demuestran el potencial que tiene añadir elementos virtuales a nuestra realidad. En vez de saltar a otro mundo, podemos mejorar el nuestro.

La desconexión entre los hologramas y nuestra realidad

Sin embargo, Hololens también nos ha enseñado que el camino hasta ese futuro será largo y complicado. No es sólo que estamos ante una tecnología muy cara, sino sobre todo que es joven, y su potencial aún no está del todo descubierto.

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Para el usuario medio, no bastará con tener menús flotantes y jueguecitos que llamen la atención dos segundos; si no es algo con lo que puedan interactuar y que les pueda resultar útil o entretenido, no lo usarán.

El principal problema de la realidad aumentada es la desconexión entre nuestra realidad y el mundo virtual; es un problema que afecta también a la realidad virtual, pero que puede arreglarse con controles especialmente adaptados.

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Usar realidad aumentada con un mando eliminaría toda la inmersión, porque no podría engañar a nuestro cerebro. De ahí que el nombre de Immersion sea tan apropiado.

Crean un sistema para tocar hologramas

Esta compañía ha desarrollado un sistema para tocar hologramas, usando tecnología háptica; en Omicrono ya hemos hablado en otras ocasiones de este tipo de sistemas, pero hasta ahora se limitaban a pequeños prototipos.

Lo que Immersion ha conseguido parece que va mas allá, ofreciéndonos la posibilidad de interactuar con hologramas con nuestras propias manos.

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En el ejemplo publicado, podemos tocar un globo terráqueo y hacerlo girar con nuestra mano; al hacerlo, notaremos una resistencia, como si estuviésemos tocando un objeto real.

El grado de precisión es incluso mayor, ya que el sistema es capaz de detectar la forma de nuestra mano y ofrecer la resistencia justa en cada punto tridimensional. Esto es importante para conseguir interacciones naturales.

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Por el momento esto no es más que un prototipo, pero es un buen adelanto de lo que puede estar por llegar en el futuro de la realidad aumentada.