El nuevo navegador de Opera, llamado Neon, es posiblemente el más revolucionario que hemos visto en mucho tiempo.

Claro, que eso no es decir mucho; la última vez que el sector realmente cambió fue con la llegada de Chrome. Desde entonces la moda ha estado en crear navegadores simples y rápidos. Hubo alternativas que ofrecían algo más, claro, como Vivaldi.

El nuevo navegador de Opera consigue sorprender

Ahora llega Opera, la misma que se había convertido en una sombra de lo que fue, y tira la casa por la ventana; el resultado es Neon, un prototipo de navegador del futuro que resulta todo un soplo de aire fresco.

Empezaré aclarando que es poco probable que vaya a usar Neon en mi navegación diaria; es demasiado diferente a lo que estoy acostumbrado, y probablemente será lo mismo para mucha gente. Pero la genialidad radica precisamente en eso, en que tiene un diseño completamente opuesto a lo normal.

Da la impresión de que Neon es un pequeño escritorio contenido dentro del sistema; los iconos de los marcadores flotan sobre el escritorio, las pestañas nunca ocupan todo el programa, y en todo momento tenemos acceso a las herramientas.

A la derecha, tenemos las páginas abiertas, burbujas con el contenido de la página que pueden cambiar dependiendo de este; por ejemplo, si tenemos un vídeo reproduciéndose o si la página nos muestra un mensaje.

Herramientas que potencian nuestra navegación

A la izquierda, las nombradas herramientas. Tenemos el botón de añadir pestaña, aunque en este navegador no existen las “pestañas” como tales.

A continuación tenemos un reproductor, que detectará si estamos reproduciendo contenido en páginas como Youtube. Podemos hacer que el vídeo flote en el escritorio mientras seguimos navegando.

La herramienta de “snap” nos permite tomar capturas de pantalla de nuestras webs; por el momento es algo limitada, ya que no podemos escribir o marcar elementos. Aunque si que tenemos una galería con las imágenes que hemos creado.

Y al final, en la parte inferior izquierda, tenemos el menú del programa; como digo, el diseño es lo opuesto a lo que podríamos esperar.

Antes he dicho que Neon realmente no tiene “pestañas”. Es mas adecuado decir que tiene “ventanas” dentro de la ventana del programa. Cada página abierta es independiente, y por ejemplo podemos colocar dos páginas una al lado de la otra; podemos variar su tamaño o minimizarlas en vez de cerrarlas.

Algo más que un prototipo

Algunas de las funcionalidades implementadas en Neon ya están disponibles en otros navegadores; otras pueden conseguirse con extensiones. Lo llamativo de Neon es que reúne estas ideas y otras y las mezcla en un programa que no parece un prototipo.

Opera podría lanzar este programa como una versión nueva, y colaría. Sería algo arriesgado, ya que muchos usuarios se perderían; pero ahí está la gracia, en arriesgarse, ¿verdad?