Probablemente ya estés en conocimiento de que todos los procesadores Intel desde hace prácticamente dos décadas están afectados por una serie de vulnerabilidades, así como también los AMD (literalmente afecta a todos los procesadores del mundo). Estas vulnerabilidades permiten que un atacante pueda acceder a la memoria del kernel, pudiendo así acceder también a las contraseñas.
Bastaría con un navegador web con JavaScript activado (todos, prácticamente) y que, por medio de la propia web o de la publicidad de esta, se acceda a estos datos sensibles del kernel. Es así de sencillo, y por ello es tan peligroso. Por supuesto, esto es un ataque muy sofisticado que por el momento queda en remoto, pues no se ha dado el caso (de hecho, aún no se ha hecho público ningún ataque, por lo que podría no haberlo).
Es un problema muy serio ya que no solo afecta a ordenadores personales, sino también a servidores, teléfonos móviles, tablets y cualquier dispositivo que monte un procesado, y lo peor de todo es que es muy difícil de solucionar. Una de las vulnerabilidades, la llamada Meltdown, puede solucionarse a costa de hacer el rendimiento del propio procesador. El caso de Spectre, en cambio, es algo más complicado, pues únicamente es posible suavizar sus efectos.
Windows especifica cuál será el descenso del rendimiento
Algunas firmas ya se han manifestado acerca de cómo afectará al rendimiento el parche que solucionará o que suavizará los efectos de estas vulnerabilidades, que en teoría, como decimos, hará que nuestro ordenador sea más lento. Entre ellas, se encuentran Apple e Intel, afirmando que su efecto es «inapreciable» para el usuario.
Microsoft, en cambio, en pro de la transparencia, ha publicado un informe mucho más extenso donde detalla los efectos de estas vulnerabilidades. Este extenso análisis, al que podemos acceder desde el blog de Micosoft, concluye básicamente lo siguiente:
- Si tenemos un procesador moderno, de 2016 en adelante (Skylake, Kabylake o una CPU más nueva) y siempre y cuando tengamos Windows 10, notaremos una bajada de rendimiento de ‘una cifra’. Esto es, que la bajada de rendimiento nunca será de más del 9%, moviéndose entre esta cifra y una bajada del rendimiento del 1%. Según MS esto equivale a milisegundos, por lo que el usuario no debería notar absolutamente nada.
- Con Windows 10 y un procesador de 2015 o anterior (Haswell o CPU más antigua), las desaceleraciones serán más profundas, y el usuario probablemente notará la disminución.
- Con Windows 8 y 7 y un procesador de 2015 o anterior (nuevamente Haswell o una CPU más antigua), el porcentaje de personas que noten la desaceleración será aún mayor.
En Windows 10 no tiene tanta repercusión porque no hereda, afortunadamente, ciertas transiciones entre el kernel y el usuario. Por último, y, aunque Microsoft no lo mencione en su entrada, es por este motivo por el que debemos mantener nuestros ordenadores siempre actualizados, aunque ello conlleve una bajada del rendimiento notable (mejor esto a que nuestros datos bancarios se vean comprometidos, por ejemplo).
Noticias relacionadas
- 23 años después, los ordenadores Amiga aún reciben nuevos componentes como esta placa base
- Crean una computadora dentro de un juego de construir ciudades... y funciona a base de caca
- Los datos de casi todos los ciudadanos de Bulgaria han sido robados
- Los Macs empezarán a usar procesadores ARM en el 2020, dejando atrás a Intel