Si preguntas a tus conocidos por una aplicación llamada Signal es muy probable que no sepan de qué les estás hablando. No es la más descargada ni utilizada, tampoco la más completa, sin embargo cada poco tiempo la aplicación de mensajería Signal copa las portadas.
El último revuelo llega por las polémicas fotos que ha sacado a la luz Telecinco y que muestran los mensajes enviados por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont a Toni Comín, exconsejero de Sanidad.
En dichas imágenes aparecen los constantes mensajes que llegan a la pantalla del smartphone de Comín, pero no se trata de una app de mensajería común (como WhatsApp que utilizan cientos de millones de usuarios), sino que esa aplicación es Signal.
Signal: rápida, simple y segura
A raíz de estas imágenes muchos usuarios escucharán Signal por primera vez, pero en realidad no se trata de una aplicación nueva. Sus inicios se remontan al año 2014 (aunque ya venía de un proyecto anterior denominado TextSecure). Signal está desarrollada por Open Whisper System y prácticamente desde su nacimiento han explotado su principal virtud: la seguridad y privacidad de las comunicaciones.
La clave de su seguridad viene por el conocido como “Protocolo Signal”, que consiste en un sistema de cifrado de las conversaciones de extremo a extremo. Es decir, es un cifrado end-to-end, en el que todos los datos que se comparten en un chat entre dos de sus usuarios están completamente cifrados y solo ellos, “los extremos”, son capaces de descifrarlos.
Esto significa que, por ejemplo, no serviría de nada interceptar los mensajes y, por supuesto, Signal en sus servidores no guarda ningún tipo de copia o registro que pueda comprometer dicha información, ni descifrar ellos mismos los mensajes si se diese el caso. La propia compañía afirma en su política de privacidad que la única información que almacenan es el número de teléfono de cada usuario (que es necesario para registrarse en el servicio) y tokens aleatorios de identificación (que no contienen datos de las conversaciones).
Dos de los mayores ‘embajadores’ de Signal, que han permitido que se expanda su uso y se conozca la app, son Edward Snowden y Julian Assange, el polémico fundador de Wikileaks. Este último fue bastante activo en las redes las semanas previas al 1-O y aseguró que “España bloquearía Internet para impedir las votaciones en Cataluña”. Al mismo tiempo, animó a la población a usar Signal para sus comunicaciones y evitar así la monitorización de las redes que iban a llevar a cabo las autoridades. Y así fue, en las fechas del referéndum de independencia de Cataluña aplicaciones como Signal, Firechat o Briar sufrieron un repunte de descargas:
Con las polémicas imágenes de los mensajes de Puigdemont queda patente que Signal sigue siendo una de las herramientas de comunicación más usadas entre políticos y usuarios en busca de privacidad, pero claro, de poco sirve desarrollar un protocolo más seguro e impenetrable, si luego es el propio usuario el que se deja ver utilizando la aplicación a la vista de cualquiera.
Hace unos meses hablábamos también de Confide, otra de las aplicaciones de mensajería secreta utilizada entre políticos como Donald Trump
Noticias relacionadas
- Los datos de casi todos los ciudadanos de Bulgaria han sido robados
- En Japón ya tienen "consignas para redes sociales", que te bloquean la cuenta el tiempo que quieras desconectar
- Por primera vez, un servicio de música online promete la calidad de sonido de los máster
- El inventor de la contraseña en los ordenadores muere a los 93 años