Los VPN (‘Virtual Private Network‘, red privada virtual en español) son usados comúnmente para saltarse bloqueos de páginas web o aplicaciones, o incluso para ocultar nuestra actividad en Internet. También es bastante común usarlas cuando estamos conectados a una red Wi-Fi pública, de modo que, aunque sea maligna, no sepan por donde estamos navegando.
No obstante, y, a pesar de que en muchas ocasiones los hemos recomendado, no todo son ventajas, también tienen muchos inconvenientes.
Se puede romper el cifrado
Por supuesto que nadie va a tener ningún interés especial en romper un cifrado de un VPN para saber en qué páginas web entras, pero es posible. Sin ir más lejos, el FBI ha sido capaz de descifrar un iPhone protegido pagando a un grupo de hackers. Esto, como imaginarás, no es apto para todos los bolsillos: costó concretamente 900 000 dólares. En este caso hablamos, por supuesto, del ‘iPhone de San Bernardino’.
No es lo mismo el cifrado del iPhone que de un VPN, pero igualmente es posible flaquear su seguridad. En concreto, la NSA es capaz de romper el cifrado RSA de 1024 bits. Este sistema de cifrado fue uno de los más comunes para proteger las comunicaciones SSL de Internet.
Aún así, este cifrado se siguió usando muchos años más desde que se supo que había sido roto. No obstante, a día de hoy apenas se usa. Sin embargo, eso no quiere decir que se haya erradicado en su totalidad, pues una cuarta parte de los certificados en línea siguen siendo de este tipo.
Las webs podrían cargárselo cuando quisieran
Los portales web y aplicaciones podrían bloquear, si quisiera, las conexiones mediante VPN. Y de hecho, ocurre. Lo hace YouTube, Netflix, y muchas otras compañías de visionado de películas y series, entre otras cosas. Esto es, para respetar los derechos de autor de cada país, pues Netflix puede tener los derechos de un título en EEUU, pero no en España.
Así que, si tratas de usar VPN en estos sitios, la web o aplicación lo detectará y bloqueará tu conexión. Los ISP, también conocidos como proveedores de servicio, o más aún como operadores, igualmente pueden cargarse estos VPN.
Las VPN gratuitas venden tus datos
Las VPN gratuitas, las que usa la mayoría de la gente usa, son muy peligrosas. Pueden haber varios factores donde nuestra información quede expuesta: en el nodo de salida, por ejemplo, donde se descifra la información.
Si este nodo está corrupto (tanto a voluntad del dueño como por voluntad ajeno), se puede acceder a todo aquello que se trata de ocultar. Además tienen otra serie de inconvenientes que, si bien es cierto que no se trata de posibles agujeros de seguridad, sí que hacen inútil o ineficiente al VPN.
No existen los VPN sin registro
¿Para qué navegar a través de un VPN si luego este está dejando un rastro? Tú no sabes realmente si los servidores que ha contratado la empresa del VPN que usas guardan todos sus registros. Sí es así, la VPN no sirve de nada. Y los registros son necesarios: sin ellos no se puede restringir el tráfico a una persona para evitar abusos, no se pueden limitar cuentas en función de cuánto paguemos, y un largo etcétera.
Minería de datos
Nunca sabrás si tu VPN, sea de pago o no, está vendiendo tus datos, aunque sea a un simple anunciante para rentabilizar el servicio económicamente. No es el comportamiento más esperado de los VPN gratuitos, pero nunca se podrá saber si los de pago también lo están haciendo. Y no solo es que se vendan, sino que se cedan al gobierno, como ocurre el Rusia (probablemente en otros lugares también, pero al menos no es público).
Con todo esto, sobre todo con el segundo punto (las webs y los ISP podrían cargárselo cuando quisieran), los VPN acada vez tienen menos éxito. Su futuro es sombrío e incluso el propio SSL eclipsarle en muchas de las ocasiones en las que se usa un VPN (por ejemplo, al conectarse desde una red pública, como la de un aeropuerto o la de una cafetería).
I2P, un nuevo método, conocido comúnmente como la nueva generación de la Deep Web. Es un sistema parecido a TOR, que se denomina como ‘enrutamiento de cebolla’, pero en este caso se trata de un ‘enrutamiento de ajo’, lo que aumenta la seguridad.