Detrás de las bambalinas, Google se está enfrentando a una de las mayores polémicas de la historia de su navegador, Chrome. Un proyecto que se enfrenta a su tercera gran renovación desde su nacimiento; y ya se sabe lo que pasa cuando se mueven los muebles, que siempre se pierde algo. En el caso de la “Manifest V3”, la nueva API para extensiones de Chrome, lo que se iba a perder es una funcionalidad muy usada por los bloqueadores de anuncios.
En nombre de la seguridad y el rendimiento, el equipo de desarrollo de Chrome anunció nuevas funciones que sustituirían a las actuales. Eso implicaba una serie de limitaciones a lo que las extensiones pueden hacer; unas limitaciones que podrían ser fatales para las extensiones especializadas en bloquear contenido web.
Chrome va a evolucionar por tercera vez en su historia
Para desarrollar extensiones para Chrome, los programadores tienen que usar una API; un conjunto de comandos que Chrome interpreta y ejecuta. De todos ellas, la función más importante para los bloqueadores de contenido es webRequest; esta permite comprobar y filtrar las peticiones que el navegador hace a los servidores, pudiendo así bloquear las que no queremos (como por ejemplo, rastreadores o anuncios).
Con Manifest V3, Google ha implementado una nueva API con declarativeNetRequest, que iba a reemplazar a webRequest, implementando más limitaciones a lo que las extensiones pueden hacer. Con esta nueva API, sería Chrome el que filtrase el contenido que las extensiones le piden, en vez de darles acceso ilimitado a todas las peticiones que se realizan; aún más, este nuevo método de filtrado está limitado a 30.000 filtros. Cualquier lista de filtrado que se precie está compuesta de decenas de miles de entradas más.
Por lo tanto, futuras versiones de Chrome probablemente no serían compatibles con los bloqueadores de anuncios actuales; y los que fuesen adaptados, estarían seriamente limitados, lo suficiente como para que no mereciese la pena para el usuario medio. Con esta decisión Google puede acabar con todo el sector de los bloqueadores de contenidos de golpe.
Los bloqueadores de anuncios de Chrome, ¿son un peligro, o las víctimas?
La postura de Google es que esta medida es necesaria para mejorar el rendimiento y la seguridad de Chrome; afirman que estas extensiones realizan una gran cantidad de peticiones, que terminan por ralentizar el programa. De la misma manera, este acceso ilimitado puede suponer que una extensión maliciosa modifique lo que vemos en las páginas web.
Como era de esperar, esta medida ha recibido duras críticas desde el sector; especialmente porque consideran que Google se basa en datos falsos para tomar esta decisión. En concreto, el estudio publicado por los creadores de Ghostery, una extensión diseñada para bloquear rastreadores, ha sacado los colores a Google.
El estudio recopila algunos de los bloqueadores más populares disponibles para Chrome; desde el propio Ghostery hasta Adblock Plus o uBlock Origin. En las pruebas, los investigadores han revelado la eficiencia de estos bloqueadores; existe un impacto en el rendimiento, por supuesto, pero este no es lo suficientemente grande como para afectar a la experiencia. De media, el navegador era unos 0,05 milisegundos más lento con estos bloqueadores que sin ellos; una diferencia que el usuario medio no notaría.
Es por eso que los investigadores se preguntan cuáles son las verdaderas razones detrás de estos cambios. Dejan caer que Google podría estar haciendo esto para proteger sus ingresos de publicidad; o bien para forzar el uso de su bloqueador integrado y sus reglas. Por lo tanto, todos los anunciantes tendrían que pasar por el aro de Google para que su publicidad se mostrase a los usuarios de Chrome.
Google da marcha atrás
Este estudio ha sido tan polémico que Google no ha tenido más remedio que responder; y lo ha hecho intentando calmar los ánimos afirmando que los planes publicados no son los finales, y pueden cambiar.
Para empezar, ha “aclarado” que la funcionalidad actual no desaparecerá con la llegada de la nueva API; es decir, que los desarrolladores podrán seguir usando webRequest para filtrar contenido de las webs. La nueva API, declarativeNetRequest, estará disponible para quien quiera, y será mejorada y expandida; presumiblemente para conseguir una funcionalidad parecida a la actual.
Este encontronazo de Google con la comunidad de desarrolladores ha puesto en evidencia el control que la compañía tiene sobre el mercado, ahora que Chrome es el navegador más usado. Tal vez hace unos años este cambio no hubiera supuesto ninguna polémica, pero en la actualidad suponía una amenaza para muchos usuarios y desarrolladores.