La popularización de los altavoces inteligentes, con asistentes virtuales integrados, ha vuelto a avivar el debate sobre la privacidad en Internet. Porque ya no se trata simplemente de que alguien registre las páginas que visitamos y lo que hacemos en redes sociales; ahora que cada vez más gente tiene un altavoz inteligente en casa, nuestro propio hogar está siendo “vigilado”.
Amazon y el resto de compañías tecnológicas prometen que no están interesados en nuestra vida privada; que sus dispositivos sólo nos escuchan para poder ayudarnos con lo que queramos en cada momento. Pero esas explicaciones no han logrado contrarrestar una serie de escándalos de privacidad relacionados con estos dispositivos; escándalos que han afectado especialmente a Amazon, y a la información a la que tienen acceso sus empleados.
Las escuchas del Amazon Echo vienen asociadas con coordenadas
Hace apenas un par de semanas saltó la noticia de que algunos empleados de Amazon pueden escuchar lo que graban los dispositivos con Alexa, el asistente virtual del gigante de Internet.
Pese a las medidas de seguridad impuestas, los empleados pueden escuchar lo que ocurre en nuestro hogar, incluso aunque no hayamos activado el dispositivo a conciencia. En su momento, la defensa de Amazon fue que los empleados no tienen la información necesaria para identificarnos; sólo reciben archivos de sonido que tienen que escuchar en el caso de que la Inteligencia Artificial de Alexa no haya podido averiguar qué es lo que queremos.
Sin embargo, ahora Bloomberg ha publicado nuevas revelaciones sobre la cantidad de información que estos empleados tienen sobre los usuarios. En concreto, algunos miembros del equipo tienen acceso a las coordenadas geográficas de los dispositivos con Alexa que estamos usando; y no tiene porqué ser un altavoz inteligente, claro, aunque sean mayoría.
Aunque la dirección del usuario no está entre los datos que estos empleados pueden ver, obtenerla es muy sencilla. Sólo tienen que introducir las coordenadas en cualquier mapa online y este inmediatamente les mostrará la localización. La residencia o la posición actual de los usuarios sería por lo tanto un dato muy fácil de obtener.
Identificar a un usuario sería más fácil
Con esa información, identificar al usuario sería mucho más fácil; y por lo tanto, también sería fácil asociarlo con los archivos de audio que reciben. Ese es el gran peligro de los datos de geolocalización. Un empleado podría usar estos datos para obtener más información sobre un usuario.
Hay que aclarar que no hay indicios de que ningún empleado con acceso a estos datos los haya usado para rastrear la localización de un usuario; pero el mero hecho de que eso sea posible es algo incómodo, incluso para algunos de los propios empleados de Amazon, que creen que la compañía les está dando demasiada información.
Amazon ha respondido ante esta nueva noticia, afirmando que el acceso a estas herramientas está “altamente controlado”, y sólo se otorga a un “número limitado de empleados”. El motivo de darles estos datos, afirma, es para entrenarles y mejorar el servicio, y las políticas de empresa prohíben cualquier otro uso.