Hong Kong se encuentra en medio de su mayor crisis desde que la antigua colonia británica pasase a manos del gobierno chino en 1997. Ya entonces se pronosticaban tiempos difíciles, debido a las grandes diferencias culturales y legislativas entre ambos países. Oficialmente Hong Kong es una “región administrativa especial”, que aún conserva muchas leyes británicas pero que poco a poco está adoptando la legislación china. Y eso supone no solo un gran cambio para la ciudadanía y los negocios, sino también un potencial peligro para los contrarios al gobierno comunista.

La última decisión de la administración va precisamente dirigida a estos disidentes, con una nueva ley que permite el traslado a la China continental de sospechosos residentes en Hong Kong. La respuesta de la población se ha escenificado en protestas masivas, con más de un millón de personas ocupando las calles.

Ataque DDOS a Telegram por ofrecer mensajes cifrados

Unas protestas en las que las nuevas tecnologías tienen un papel importante, especialmente para los organizadores, que están usando aplicaciones que cifran los mensajes para comunicarse. Telegram es una de estas apps, y según Pavel Durov, su fundador yCEO, ya ha sido objetivo del gobierno chino por esto.

Telegram sufrió un enorme ataque DDOS durante el día de ayer, principalmente proveniente de direcciones IP de China. Los ataques DDOS, o de denegación de servicio, son muy simples pero también muy efectivos si no se cuentan con las protecciones adecuadas. Consisten en dirigir una enorme cantidad de solicitudes falsas a un servidor, con el objetivo de que no pueda responder a las de los verdaderos usuarios y “taponar” la red.

En el caso de Telegram, sus servidores recibieron entre 200 y 400 Gb por segundo de tráfico “basura”. Este tráfico está compuesto de una inmensa cantidad de peticiones falsas; normalmente es generado por “ordenadores zombi”, con malware instalado y listo para actuar cuando el atacante quiera. Este tipo de ataques son muy comunes, especialmente provenientes de China; el gobierno ha sido acusado en múltiples ocasiones de financiar y ordenar estos ataques, pero probarlo suele ser difícil.