Twitter como plataforma va a cambiar este 2020. La red social ya está experimentando con nuevas medidas para combatir la desinformación, además de un nuevo tipo de contenido más parecido a las historias de Instagram.
Pero estos cambios podrían haber llegado incluso al CEO de la compañía, Jack Dorsey, gracias a un "golpe de estado" organizado por Elliott Management; fundada por Paul Singer, el multimillonario famoso por su expresivo apoyo al partido republicano de los EEUU, el objetivo de esta organización es implementar cambios en las empresas en las que invierte.
Elliott Management es lo que se conoce como un "inversor activista", y había puesto sus miras en Twitter, una compañía que ha estado metida en muchas polémicas con el partido republicano desde antes de que Donald Trump se convirtiese en presidente de los EEUU.
Partidarios de Trump entran en Twitter
Si Twitter va a cambiar, o si va a retirar las medidas impuestas en las últimas semanas, es algo que aún no sabemos; pero una cosa está clara: Jack Dorsey se queda, por ahora. Twitter ha anunciado un "acuerdo de cooperación" con Elliott Management, que supone algo así como una tregua de las hostilidades.
El plan era sencillo: Elliott y sus asociados comprarían una gran cantidad de acciones; por la manera en la que Twitter está organizada, eso les daría el suficiente poder como para elegir los nuevos miembros de la junta directiva, y por lo tanto, al próximo CEO.
Sin embargo, el acuerdo pone en pausa esos planes. Supone que la firma de inversión Silver Lake invertirá 1.000 millones en Twitter; ese dinero formará parte del programa de 2.000 millones para recomprar acciones, con el que la compañía devolverá el dinero a los accionistas al mismo tiempo que recupera parte de su poder de decisión.
Para Elliott, la inversión supone la entrada de dos miembros afines en la junta directiva, y no tres como se esperaba. Es por eso que Dorsey seguirá al mando.
El CEO de Twitter se queda, por ahora
Oficialmente, Elliott confirmó en su día que quería a Dorsey fuera del puesto de CEO porque considera que tenía la atención dividida entre sus dos grandes proyectos, Twitter y Square.
Sin embargo, a nadie se le escapan las motivaciones políticas de este movimiento, teniendo en cuenta que Twitter es la plataforma de propaganda favorita de Donald Trump; de hecho, hoy mismo Twitter ha tenido que marcar como falso un vídeo retuiteado por el presidente.
Por el momento, el acuerdo permite que Dorsey se quede como CEO, pero eso no significa que se pueda calmar. La junta directiva dice confiar en el liderazgo de Dorsey, pero al mismo tiempo ha confirmado la creación de un comité que se encargará de evaluar a Dorsey.
Está por ver qué efecto tendrá esta evaluación en las decisiones de Dorsey, y si Twitter seguirá adelante con sus cambios. Por el momento, el mercado no ha reaccionado favorablemente a esta noticia, con las acciones de Twitter cayendo un 8% después del anuncio.