WhatsApp es la app de mensajería instantánea más usada en España, por mucha diferencia; también es una de las maneras más sencillas de comunicarnos de manera sencilla y segura.
A diferencia de lo que puedan decir algunos bulos, los mensajes de WhatsApp están cifrados de extremo a extremo (también conocido como de "punto a punto"); eso significa que sólo los participantes de una conversación pueden leerla. Ni el Gobierno, ni la propia Facebook, son capaces de leer estos mensajes, y por lo tanto, no pueden controlar lo que se envía por WhatsApp.
Es por eso por lo que cada vez más países están bloqueando o prohibiendo WhatsApp y otras apps de mensajería instantánea que cifran los mensajes; y ahora, la Unión Europea ha dado un paso en esa dirección, pero ¿significa eso que esta protección tiene los días contados?
Regulación contra WhatsApp
La polémica ha empezado en Austria, donde los medios han informado de una nueva resolución del Consejo de la Unión Europea en el que se habla de prohibir el cifrado de extremo a extremo.
El Consejo está compuesto por ministros de todos los países miembros de la Unión Europea, y habría tomado la decisión después del ataque terrorista en Viena de la semana pasada.
El borrador de la decisión (pdf) ya se ha hecho público, y en efecto, encontramos párrafos en los que encontramos referencias que pueden ser preocupantes para el cifrado extremo a extremo. Concretamente, se habla de que las fuerzas de seguridad del estado deben poder acceder a contenido en un formato legible y usable cuando haya autorización legal; algo que es imposible si la conexión está realmente cifrada.
Esta y otras inclusiones en el texto son las que han levantado la voz de alarma entre expertos en ciberseguridad y defensores de la privacidad en Internet; el miedo ahora es que la UE use esta resolución como base para nueva legislación que prohíba el cifrado en nombre de la seguridad nacional.
Sin embargo, un análisis más concienzudo del texto revela que la resolución puede no tener ese objetivo, gracias en parte a algunas incongruencias y a la propia naturaleza del texto.
Por qué no significa nada (aún)
Para empezar, el texto no especifica en ningún momento que haya que prohibir el cifrado extremo a extremo; de hecho, el sujeto de la resolución habla de "Seguridad con cifrado y seguridad pese al cifrado".
En otras palabras, el texto se centra más en cómo es posible proteger la seguridad nacional, incluso con el "obstáculo" y el "desafío" que supone para los cuerpos de policía no poder acceder al contenido de mensajes de posibles terroristas.
Sin embargo, en ningún momento habla de que sea necesario eliminar el cifrado para superar esos desafíos, y de hecho, se sugiere un "mejor equilibrio" entre las competencias de las autoridades judiciales y el respeto por las libertades como las comunicaciones privadas y la protección de datos personales, sin llegar a explayarse en ningún caso.
El mejor indicador de que esta resolución no supone un ataque contra el cifrado es que no presenta ninguna medida concreta para solucionar este problema que presenta; sólo pide que haya debate y que los gobiernos, la industria tecnológica y los investigadores trabajen juntos para encontrar ese mencionado equilibrio.
Sobre todo, hay que tener en cuenta que el Consejo de la UE no crea leyes; es la Comisión Europea la que tendría que registrar una legislación que fuese votada en las cámaras. Este texto, que por cierto aún no está terminado y está sujeto a cambios, es sólo una "sugerencia" de los ministros, y todo depende de cómo la Comisión lo interpretará y las medidas que tomará, si es que toma alguna.
La polémica sobre el cifrado no es precisamente nueva, y hay algunos países que ya han tomado cartas en el asunto. El gobierno británico, por ejemplo, pretende incorporar una "puerta trasera" en aplicaciones como WhatsApp, pero eso no tendrá aplicación en la Unión Europea gracias al "Brexit"; la derrota de Donald Trump, que también buscó prohibir el cifrado en EE. UU., puede obligar a un cambio de planes.
Por lo tanto, por el momento el cifrado extremo a extremo no peligra en la Unión Europea, aunque todo dependerá de cómo evolucionará el sector tecnológico y si se descubre una manera de equilibrar la seguridad personal con la del país.