Ver valientes en traje de alas por las cordilleras de España es cada vez más común, un auténtico deporte de riesgo que se basa únicamente en aprovechar las corrientes de aire para planear de manera segura.
Pero ¿y si estos trajes aéreos tuviesen un motor que les permitiese, a efectos prácticos, volar? ¿y si usasen la tecnología de los coches eléctricos para obtener una aceleración de infarto?
No sabemos quién necesitaba tener la respuesta a esas preguntas, pero al menos, ahora las tenemos. Todo gracias al nuevo proyecto en el que BMW se ha implicado, aprovechando el desarrollo de nuevos coches eléctricos como el BMW iX3.
Traje de alas eléctrico
La mente pensante detrás de semejante idea es Peter Salzmann, un especialista con mucha experiencia en usar trajes aéreos para filmar escenas increíbles, normalmente con una cámara de acción montada en el casco.
Alguien con tanta experiencia en caer al vacío sabe muy bien los límites de la gravedad, y cómo los trajes de ala actuales tienen un límite que ya está muy cerca de ser alcanzado. Para conseguir una aceleración más impactante, e incluso vencer a la gravedad, necesitaba algún método de propulsión; el problema, por supuesto, es que montar unos motores en el cuerpo no es algo práctico, tanto por el peso como por el consumo de combustible.
Aquí es donde entra BMW Designworks y sus baterías. El traje desarrollado para batir todos los récords usa dos motores impulsores de unos 13 centímetros cada uno, y que funcionan a 25.000 revoluciones por minuto para conseguir el impulso necesario para obtener más velocidad. Ha sido probado en el túnel de viento de BMW para conseguir un diseño más aerodinámico.
Incluso puede volar
Originalmente, Salzmann pensó en usar una mochila propulsora, no muy diferente de los trajes voladores que permiten obtener una cierta altura incluso sin necesidad de vientos.
Sin embargo, la alianza se dio cuenta de la importancia del flujo de aire en un traje de alas; y que para realmente aprovecharla, los motores tenían que estar enfrente, para obtener aire sin turbulencias. El sistema se controla con un acelerador que se usa con dos dedos, y es posible variar la dirección; también hay un motor de emergencia, que para inmediatamente los motores.
Aunque parezca que usar motores en un traje de alas es "hacer trampa", en realidad es una experiencia más difícil y que requiere hacer más fuerza, debido al peso adicional que supone todo el aparato.
Los motores sólo ofrecen una potencia de 15 kW (unos 20 caballos) durante un periodo de cinco minutos, pero eso es más que suficiente. Cuando Salzmann activa el sistema, alcanza velocidades superiores a los 300 km/h; una gran diferencia respecto a los 100 km/h que normalmente se pueden conseguir. De hecho, gana tanta velocidad que le permite ganar altura sin necesidad de usar corrientes de aire.
Como muchas otras cosas, la gira mundial de presentación de este traje ha tenido que ser retrasada, pero por el momento nos tendremos que conformar con los vídeos grabados en los alpes austriacos.