Firefox 86 es la última versión del navegador web que está llegando ya a los usuarios españoles; aunque la llegada de una nueva versión ya no sea noticia, este caso es algo diferente.
Aunque en su día fue la gran alternativa a Internet Explorer, en la actualidad Firefox ha perdido mucho fuelle respecto a Chrome; más preocupante es el crecimiento de navegadores como Microsoft Edge, que ya le supera en algunos mercados.
La respuesta de Mozilla ha sido, por ahora, centrarse en ofrecer un navegador más privado, y la novedad presentada hoy es una buena muestra de ello.
Firefox contra las cookies
La nueva "Protección Total contra Cookies" ("Total Cookie Protection") es una de las funcionalidades de privacidad más interesantes que hemos visto en el sector de los navegadores.
Las cookies son pequeños trozos de información almacenados por las páginas web que usamos, y son necesarias para su correcto funcionamiento. En las cookies es donde se guardan las preferencias de la página, por ejemplo; pero también se usan para rastrear a los usuarios.
Muchas páginas tienen rastreadores, que crean cookies con información de uso que luego puede ser leída y recopilada; de esa forma, los rastreadores pueden saber qué páginas visitamos, o incluso qué hemos hecho en ellas. Como todas las cookies se guardan en el mismo sitio, otras páginas pueden acceder a ellas.
La nueva solución de Firefox es inteligente: de manera simplificada, consiste en hacer que cada rastreador tenga su propia "jarra de cookies".
Protección total
Con la funcionalidad activa, Firefox crea un contenedor único para cada página o servidor que crea una cookie; la página está limitada a ese contenedor, y por lo tanto, no puede leer el resto de cookies que tenemos.
Es un concepto muy parecido al del sandbox, una técnica usada ya por todos los navegadores que consiste en aislar a cada página web en su propio proceso, para evitar que pueda espiar el contenido del resto de pestañas que tenemos abiertas.
Esta protección hace que el rastreo sea algo inútil, ya que los rastreadores sólo podrán obtener información de la cookie que han creado y no del resto de sitios que hemos visitado; eso funciona incluso si la página que hemos visitado incluye contenido embebido de un tercero, una práctica habitual.
La única excepción a esta regla son los casos en los que la página no funcione correctamente; por ejemplo, si intentamos iniciar sesión con un tercero (como usando nuestra cuenta de Google), usar una cookie de terceros es necesario y ahí Firefox lo detectará y lo permitirá, aunque sólo para ese sitio específico en el que estamos iniciando sesión.
Mozilla confía en que esas "excepciones momentáneas" sirvan para ofrecer una buena protección de privacidad sin afectar a la experiencia. Sin embargo, por defecto no estará activada; si queremos usar esta protección, debemos activar la protección más estricta del navegador.
Para ello, abrimos el menú de Firefox y entramos en "Opciones". A continuación, entramos en la sección "Privacidad & Seguridad" y pulsamos en la opción "Estricto". Si notamos que las páginas que solemos usar empiezan a funcionar mal, tendremos que volver a la protección estándar, o bien escoger la opción "Personalizado" para bloquear lo que queramos.
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