Se descubre otro planeta como la Tierra a 36 años luz
Ya sabéis que nos gusta mucho la Astronomía, y como tal una noticia así no puede pasar desapercibida. Aunque nosotros todavía no habíamos desplegado nuestras alas en la red, a muchos os sonará todo lo relacionado con el planeta Gliese 581, bueno, los planetas, uno que no se sabe si es (581g), y otro que sí que se considera planeta por unanimidad de los expertos (581d).
Pues hete aquí otro planeta teóricamente habitable más, un posible Nuevo Mundo. ¿Las razones? Su idónea distancia con respecto a su estrella, en este caso una enana naranja en la constelación de Vela (está en la franja orbital que permitiría la existencia de agua en estado líquido) y su masa, que nos hace pensar en un tamaño casi 4 veces superior a La Tierra. Esto es lo que hace de HD85512b un descubrimiento tan importante, que por cierto, se ha descubierto de la misma manera que se descubrió Gliese 581d.
Y esto es gracias al HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher), o lo que es lo mismo Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión, un espectrómetro ubicado en Chile (en el Observatorio de La Silla). Estos descubrimientos han sido llevados a cabo por varios astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y del Instituto de Astronomía Max Planck, comandados por Lisa Kaltenegger, jefa de la investigación, que ha comentado al respecto:
“La distancia está exactamente en el límite en el que se puede tener agua líquida” “Si lo comparamos a nuestro Sistema Solar estaría un poco más lejos de lo que Venus está de nuestro Sol”
Además aclara, que aunque no podemos saber de qué está hecha o si tiene atmósfera, o agua en estado líquido (teoría y práctica muchas veces no van de la mano), que con que la atmósfera estuviera cubierta en un 50% por nubes (en la Tierra es un 60%) bastaría para asegurar la habitabilidad y la falta de peligro por radiación.
Además de las características comentadas antes, también añaden “puntos” para su condición de habitable, que tiene una órbita circular, por lo que los cambios de temperatura no serían bruscos ni excesivamente prolongados.
Pues nada, a echar gasolina a nuestra nave espacial y a hacer un viajecito a 36 años luz (345,6 billones de km) de distancia para comprobarlo. Bueno, mejor que nos lo cuenten…