Un ingeniero de Google te enseña a que Google, Facebook, LinkedIn, Twitter y Yahoo dejen de rastrear lo que haces con Disconnect
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Se dice que una de las 5 claves esenciales para el triunfo de una marca es conocer las necesidades y hábitos de sus clientes para posicionar la oferta y dirigir la comunicación hacia los canales adecuados, de ahí que una de las mayores preocupaciones tanto de la marca como del usuario sean, como nos ha contado nuestro compañero Ismael, las políticas de privacidad.
Es precisamente esta preocupación por la privacidad la que en 2010 lleva a Brian Kennish, ingeniero de Google, a crear una extensión para Chrome llamada Facebook Disconnect, la cual bloquea el tráfico de terceros mientras navegamos por esta red social sin verse afectada la experiencia de usuario. Más tarde, considerando el éxito cosechado con esta extensión, Brian Kennish decide convertir este servicio en su propia compañía, reclutando para ello a Austin Chau, otro ingeniero de Google, y a Casey Oppenheim, abogado especialista en derechos de consumidores; los cuales junto con un equipo que ha ido creciendo poco a poco, nos presentan Disconnect.
Disconnect está disponible para Chrome, Firefox o Safari, y nos permite bloquear o desbloquear este rastreo de datos personales por parte de terceros de forma selectiva mientras utilizamos Google, Facebook, LinkedIn, Twitter y Yahoo. Además también han desarrollado tres versiones independientes (por si solo usas un par de estos servicios) las cuales actúan sobre Google, Facebook y Twitter. Sin duda una solución bastante satisfactoria para aquellos que se preocupan por guardar su privacidad.
Llegados a este punto más de uno habrá entrado la siguiente reflexión: «Estoy confiando la gestión de mi privacidad a una empresa que dice velar por la seguridad de mis datos personales, pero esta empresa como tal, ¿sigue la clave esencial para el triunfo de toda marca mencionada al principio de este artículo?» La respuesta es sí pero no. Disconnect recopila cierta información anónima que afirma eliminar a los 30 días de ser registrada (nada excepcional), como bien claman en su propia política de privacidad.
Al usuario le toca decidir si merece la pena permitir que un servicio tenga la posibilidad de hacerse con ciertos datos personales con el único beneficio de salvaguardarlos, o dar la libertad de gestionar nuestros datos a cada empresa bajo sus propias políticas de privacidad; mejorando, en algunos casos, la experiencia de usuario. Cuéntanos, ¿qué opinas de este tipo de servicios?