Un método muy dulce para fabricar vasos sanguíneos artificiales

Hace casi año y medio, cuando este blog apenas estaba dando sus primeros pasitos en el gran mundo de Internet, ya os hablé sobre una nueva técnica de fabricar vasos sanguíneos artificiales, la cual evitaba la espera del cultivo de células de 9 meses, ya que podían fabricar vasos sanguíneos que fuesen utilizables prácticamente en el momento. Hoy, iremos más allá, pues el objetivo es llegar a fabricar órganos completos.

¿Os imagináis un mundo donde no hicieran falta trasplantes? Por un momento, imaginad un futuro donde, solo con coger un puñado de células, vuestro médico pueda crear un nuevo órgano. Actualmente, el principal obstáculo es la creación de los vasos sanguíneos para esos futuros órganos, pues forman la mayor parte de estos (hay vasos sanguíneos en todos los recovecos de nuestro cuerpo). Pero ahora puede que haya avances, gracias a una técnica usada en la industria de los dulces.

Como ya sabréis, hoy por hoy es posible llevar a cabo cultivos de piel en un laboratorio para trasplantarlos, posteriormente, al mismo paciente del cual se extrajeron las células. De la misma forma se puede crear una vejiga urinaria (aunque aún esta en ensayo clínico). Estos dos ejemplos corresponden a paredes de órganos delgadas. Pero, ¿Qué pasa con los órganos gruesos, como el corazón o el riñón? Aquí hacen falta métodos más completos, y moldes, ya que se necesita crear una red de vasos sanguíneos muy amplia que pueda nutrir a las células internas de la pared del órgano.

El problema de todo esto son los moldes. Varios grupos de expertos han intentado resolver este problema, por ejemplo aplicando moldes de fundición que posteriormente debían ser disueltos. El obstáculo es la disolución del molde, que es muy complicada, ya que puede acarrear como consecuencia acabar matando al tejido vivo. Además, si el molde esta hecho de caucho por ejemplo, para disolverlo se necesitaría una sustancia tóxica, que también acabaría con las células que hemos intentado conseguir.

El estudio del que hablamos hoy resuelve, de una forma muy dulce, el problema de los moldes. Según un grupo de investigación de la Universidad de Pennsylvania, cuyo estudio ha sido publicado on-line en Nature Materials, la solución consiste en recurrir a un método usado en la industria alimentaria de los dulces. Este método consistiría en usar un molde creado con un cristal de hidratos de carbono, soluble en agua, basado en la decoración usada en los pasteles y las piruletas. Este material se puede convertir en varias formas, no es tóxico, y cuando ya ha servido de molde se disuelve de forma natural en el ambiente acuoso celular, dejando espacios para que llegue la sangre a las células.

Este tipo de molde ya ha sido probado, para asegurar que funciona. Los investigadores cultivaron un trozo de tejido de hígado de rata mediante esta técnica. El resultado fue que las células se mantuvieron con vida después de la disolución del armazón de carbohidratos, demostrando que este molde es un buen transporte de células sanguíneas.

Como nos comenta el ingeniero químico Abraham Stoock, de la Universidad de Cornell:

“Este estudio es un paso útil en el esfuerzo para desarrollar tejidos de vasos sanguíneos completamente funcionales”

Aún así, como dicen estos científicos, queda mucho trabajo por hacer. Esto solo es un comienzo, pues no solo acaba de empezar la carrera hasta llegar a fabricar un órgano completamente funcional. Replicarlos en su totalidad es un reto enorme, digno de la ciencia ficción en el momento actual. Pero eso no significa que sea imposible pues, visto lo visto, estamos más cerca que nunca de conseguir esta proeza.

Vía: ScienceNOW.