Primera evidencia de una estrella devorando un planeta
El Universo es demasiado grande como para llegar a entenderlo en el poco tiempo que toda la humanidad pase en él. Pero en nuestras manos está hacer lo posible por descubrir e investigar todo lo que podamos, y desde que tenemos conciencia nos recordamos mirando al cielo, intrigados por todo lo que ocurre allí arriba (si es que tiene sentido hablar de arriba y abajo en este caso).
Hemos visto agujeros negros devorar estrellas sin compasión, reduciendo lo que posiblemente fuese un sistema completo como nuestro Sistema Solar a nada, pero nunca antes los científicos habían obtenido pruebas tan concluyentes como hasta ahora de una estrella devorando a uno de sus planetas, como si del Sol comiéndose a la Tierra se tratase.
Cuando una estrella envejece esta empieza a perder energía, y con esta pérdida viene una disminución en su capacidad para mantenerse como una bola de más o menos tamaño constante, comenzando así una expansión en su diámetro hacia lo que se conoce como gigante roja, una estrella que ya ha consumido gran parte de su hidrógeno y sale de la secuencia principal.
Esta estrella se expande miles y miles de kilómetros, acabando con todo lo que se encuentra a su paso. Este proceso ha podido ser observado con anterioridad, pero de lo que no se había conseguido evidencia es de como durante este se devoran planetas, y es que la observación de estos a tanta distancia es muy complicada.
El nombre de la gigante roja observada es BD+48 740, y se trata de una estrella mucho más vieja que el Sol y que ya tiene un radio 11 veces mayor que este. La elevada masa del planeta devorado que han encontrado y su composición química han facilitado la observación de este, que de otro modo habría sido imposible. Este descubrimiento es un hecho casi imposible de conseguir debido a las dificultades que entraña dar con todas las circunstancias necesarias. Desgraciadamente no es posible tomar una fotografía que nos muestre algo representativo, y los científicos se basan en gráficas, análisis espectrográficos y compuestos químicos para deducir lo ocurrido.
Cuando nuestro Sol abandone la secuencia principal comenzará a expandirse hacia una gigante roja y terminará devorando la Tierra, lo que ocurrirá dentro de unos 5 mil millones de años. Aunque antes de eso las condiciones de nuestra estrella habrán cambiado tanto que la vida será imposible, pero seguramente muchísimo antes nosotros mismos habremos hecho de nuestro planeta un lugar inhabitable.