8 clichés de película desmontados científicamente
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Además de la pasión por la psicológica,psiquiatría y medicina en general , los estudiantes de medicina también contamos con otras pasiones a las que dedicamos los pequeños ratitos de ocio que nos quedan. En mi caso estas otras pasiones son la literatura y el cine, por esto hoy os traigo este post para nuestros seguidores más cinéfilos.
Se trata de desmontar algunas de las escenas más típicas de nuestras queridas películas de terror y/o acción, que quedan muy bien en la película, si, nadie lo niega, pero que serían científicamente imposibles.
1. El pañuelo con Cloroformo:
La típica escena del intruso que te coge por la espalda y te tapa la boca con un pañuelo empapado en cloroformo no puede faltar en toda película o serie de polis/detectives. Bien, pues por mucho que nos lo hayan querido meter en la cabeza, probablemente esto no ocurriría así en la vida real.
Para empezar, el cloroformo empieza a perder efectividad en cuanto se pone en contacto con el oxigeno, y debemos tener en cuenta que algunos de estos delincuentes han pasado un buen rato esperando su oportunidad en las sombras con su pañuelito empapado en cloroformo en la mano.
Además, el cloroformo no deja K.O a una persona tan rápidamente como en las pelis, dependiendo del peso y la altura de la víctima, la sustancia necesitaría hasta 10 minutos para dejar a alguien inconsciente.
2. Caer a través de un cristal:
En este caso un tópico de las películas de acción, donde el Vin Diesel de turno se lanza a través de una ventana sin sufrir daño alguno y continúa huyendo de algún mafioso. Esto ya es que no es para nada creíble. El cristal roto tiene unos bordes afilados capaces de cortar a través de la ropa y la carne humana como si de mantequilla se tratase. Aún incluso imaginando que una persona sobreviviese a la caída, quedaría cubierta de sangre cual Carrie en el baile del instituto.
3. Coches que explotan:
Al parecer, en Hollywood, todas las persecuciones de coches de alta velocidad tienen que acabar obligatoriamente con al menos un coche chocando y explotando en llamas. A veces, el vehículo pasa por un precipicio y explota espontáneamente sin ninguna provocación. En la realidad, la gasolina tiene un rango de inflamabilidad muy estrecho, y la mezcla de vapor de gas a aire exterior debe ser muy específico (entre 1,4% y 7,6) antes de que pueda ocurrir nada parecido a una explosión. El gas puede provocar que un coche acabe ardiendo tras un accidente grave, pero muy rara vez explota.
4. Cuando la bala golpea el hueso:
¿Cuántas vemos en las películas gente que muere por un único disparo directo? En la vida real, la muerte por arma de fuego depende del tipo de arma y de la munición. Incluso si una persona recibe un disparo a quemarropa por un arma de fuego, no se levantará del suelo y volará por los aires. Si una bala de pistola alcanzará tanta velocidad, quien disparase saldría despedido de forma similar. Las únicas heridas que son inmediatamente incapacitantes son las del cerebro o de la médula espinal superior. Incluso si la víctima recibe una herida directa al corazón, tardará varios minutos en alcanzar un colapso circulatorio completo, y mientras tanto, el cerebro todavía está enviando mensajes de “lucha o huida”.
5. El silenciador:
“¿Inspectora, cómo pudo disparar en pleno día y que nadie oyera nada? Usó silenciador.” Y con esto ya nos queda resuelta la duda, pero la realidad es que un silenciador solo amortigua la parte del sonido creado por los gases de la explosión en un arma de fuego; la bala sigue viajando a una velocidad supersónica, y su boom sónico en miniatura todavía será bastante audible. El sonido que oiríamos sería similar a la explosión de una botella de champagne, pero mucho más rápido y más fuerte, mucho más tranquilo que el habitual “bang”, pero ciertamente no es el sutil “silbido” escuchado en las películas de espionaje.
6. Hackeando pc’s:
¿Alguna vez has notado que en la televisión, los detectives necesitan tres minutos o más para rastrear una llamada telefónica, pero en un apuro alguien puede escribir un código para piratear un ordenador en la mitad de tiempo cuando se trata de localizar a un criminal? La programación requiere muchos pasos complejos, incluso realizar cambios en el código existente, compilarlo, probarlo y depurarlo. Esperar a que un compilador termine su trabajo puede llevar horas. Ni siquiera el mejor hacker puede hacer clic en algunos botones y acceder a los archivos protegidos por contraseña de un asesino en cuestión de minutos.
7. Ahogarse dramáticamente:
En las películas las victimas de ahogamiento parecen tener todo el tiempo del mundo para protagonizar un rescate dramático ya que pasan un tiempo desorbitado salpicando mientras levantan los brazos pidiendo ayuda.
En la realidad, la mayoría de las victimas de ahogamiento no llegan a rescatarse a tiempo simplemente porque nadie a su alrededor se da cuenta de que se están ahogando. Estas personas se ahogan en silencio porque no son capaces de mantenerse por encima del agua el tiempo suficiente para pedir ayuda. No se agitan, instintivamente estiran su cuerpo como si subieran por una escalera de mano o estiran los brazos hacia los lados como queriendo levantar su cuerpo por encima del agua
Debido a estos movimientos instintivos, estas personas no suelen llegar a los salvavidas u otros artilugios que les son lanzados para salvarles.
8. Parto a la velocidad de la luz:
Puede que muchos os sorprendais (sobretodo hombres, espero de las mujeres ya tengais una idea sobre el tema) de saber que por regla general, el nacimiento de un niño no ocurre durante los 3 minutos siguientes a que la mujer rompe aguas. En la ficción es posible que una mujer rompa aguas y tenga a su niño en lugares tan inóspitos como un taxi o un ascensor. Pero, en la realidad, suelen pasar muchas horas entre la rotura de aguas y el naciemiento del bebé. 12 horas entra en la media, pero se han visto casos de un margen de 48 horas.
Fuente: Mental Floss