Inventan la primera batería eléctrica que funciona con orina
Las tareas más cotidianas e ignoradas también pueden servir para generar electricidad. Recientemente investigadores del Laboratorio de Robótica de Bristol en Inglaterra han logrado crear la primera batería del mundo que genera electricidad usando como combustible la orina. Añadiendo tu propia orina o la de alguien más se genera electricidad suficiente como para cargar un teléfono móvil.
El “truco” es la presencia de bacterias obtenidas de plantas procesadas en el interior de la batería. Existen diferentes bacterias capaces de crecer y producir energía alimentándose de materia orgánica presente en nuestra orina, normalmente proteínas y hormonas. La primera parte del estudio consistió en cultivar bacterias y buscar la combinación ideal de diferentes bacterias capaces de producir el mejor rendimiento energético al ser combinadas con orina. La combinación ganadora publicada contiene altas concentraciones de la bacteria Geobacter sulfurreducens, capaz de alimentarse de la materia orgánica de nuestra orina y producir CO2, electrones y protones. Estos electrones producidos en la reacción bioquímica son los que acaban generando la corriente eléctrica en la batería.
El problema es que una única batería produce muy poca electricidad, del orden de microvoltios. Para solucionarlo, los científicos probaron la solución más económica y sencilla posible: juntar baterías y crear un sistema para que la orina viaje de una batería a la siguiente. En cada minibatería se genera una pequeña corriente eléctrica y al estar conectadas entre sí, toda esta electricidad generada se suma hasta conseguir una carga eléctrica suficientemente fuerte para que sea útil. El prototipo final está formado por la unión de ocho minibaterías y llega a generar un voltaje de 642 mV, no es mucho pero suficiente para cargar un teléfono para hacer una llamada corta (aunque si has bebido mucha agua probablemente dé para una llamada más larga). Aunque tenga ocho baterías, el tamaño del conjunto es similar a una batería de coche, suficientemente pequeña como para pensar en diferentes aplicaciones.
Se plantea el uso de estas baterías de orina en países del Tercer Mundo, creando un retrete inteligente con un puerto USB que te permita recargar el móvil mientras descargas tu vejiga. La electricidad únicamente se genera durante el acto de orinar, de manera que su uso más practico se basa en la recarga de otras baterías, pero no necesariamente móviles, por ejemplo una comunidad de vecinos puede recargar la iluminación de la calle.
Estas baterías también tienen utilidad en el diagnóstico de enfermedades. La batería genera electricidad al alimentarse de las proteínas presentes en nuestra orina. Si nuestros riñones están dañados, no son capaces de filtrar correctamente la sangre y en nuestra orina puede aparecer una concentración anormalmente grande o pequeña de proteínas. En este caso la batería genera una diferente cantidad de electricidad y se pueden detectar de forma temprana enfermedades renales usando un programa informático que analice la electricidad generada.
Es posible que en un futuro cercano tengamos inodoros inteligentes que nos informen de un posible fallo renal al usarlos y nos inviten a ir al médico. O puede que solamente sirva para recargar el móvil o una farola. Aun así, aunque el invento sea extraño siempre será posible darle un uso interesante.
Fuente e imágenes | Extremetech