A los usuarios de iOS no les faltan alternativas a la hora de reproducir su contenido multimedia, pero desde 2011 falta uno de los grandes: VLC. En una de las polémicas mas duras que ha pasado la tienda de Apple, VLC fue retirado por infringir la licencia libre con la que se distribuye. El resultado fue una ola de discusiones entre diversas ramas de partidarios del software libre, una polémica que aún hoy día colea.

Y es que alguien se dio cuenta de que la GPL, la licencia libre con la que se distribuía todo el código de VLC, no permitía la distribución del programa a menos que al mismo tiempo se ofreciese el código fuente. Este era uno de esos casos en los que un texto legal no puede ver el futuro, y predecir que los programas se iban a distribuir de una manera en particular. El resultado es que, si se acogían al texto punto por punto, VLC no podía distribuirse en la App Store, ya que esta no ofrece la posibilidad de ofrecer el código fuente a sus usuarios.

Ante esto, Apple decidió cubrirse las espaldas y retirar la aplicación, lo que se vio como una declaración de intenciones de la compañía de la manzana, y un ataque al software libre. Se escribieron miles de artículos en los que se afirmaba que Apple prohibía el software libre en su ecosistema y que hacía falta apoyar las alternativas. Hoy, dos años después, la vuelta de VLC a la App Store confirma y desmiente algunas de esas ideas.

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Para empezar, sí que es posible ofrecer programas de código libre en la App Store, pero no pueden tener la licencia GPL si esta se aplica de manera estricta (algo que no se suele hacer y menos por el propio creador del programa). Por eso, la nueva versión de VLC utiliza la licencia LGPL, que como su nombre indica es muy similar a GPL, pero es mas permisiva en ciertos aspectos, por ejemplo, en la necesidad de aportar el código fuente al mismo tiempo que el programa en sí.

Al final, el resultado es que los usuarios de iOS pueden disfrutar de uno de los mejores programas para ver contenido multimedia que hay ahí fuera, pero esto debería resultar en una lección para los desarrolladores y para los partidarios del software libre. Y es que los textos legales tienen mucha fuerza para compañías grandes como Apple, que tienen miedo de meterse en conflictos legales que se alarguen varios años. Aunque todos los partidarios del software libre sabemos que estas licencias se usan de manera defensiva y no ofensiva, en la vida real los juicios se ganan o se pierden leyendo de manera literal las licencias.

Fuente | Applewhole