El cáncer disminuye la probabilidad de padecer alzhéimer, y viceversa
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Esta es la interesante conclusión a la que han llegado unos investigadores italianos después de realizar un estudio que ha sido publicado en Neurology. Sea cual sea el motivo, parece ser que hay una conexión entre los mecanismos que producen el alzhéimer y los que están relacionados con el cáncer.
Se ha seguido a más de 200.000 personas mayores de 60 años durante un intervalo de 5 años, de los cuales 21.400 padecieron cáncer y 2.800 alzhéimer. De las personas que padecieron una u otra enfermedad, solo en 161 casos coincidieron ambas enfermedades, una cifra que se encontraba por debajo de las expectativas del grupo de investigación.
En concreto, las personas con alzhéimer tuvieron un 42% menos de riesgo de padecer cáncer, mientras que los que padecían cáncer se redujo la probabilidad de sufrir alzhéimer en un 35%.
En definitiva, según este estudio, la estadística apunta a que existe una correlación entre estas dos enfermedades, sea o no por causas directas o indirectas. Si bien esto último no se encontraba en los objetivos de la investigación, el investigador Massimo Musicco se ha aventurado en este punto explicando lo siguiente:
“El envejecimiento celular está controlado por muchos genes diferentes. Algunos de los que reparan tejidos pueden producir una proliferación celular en un sentido positivo cuando somos jóvenes, pero pueden favorecer la aparición de cáncer de mayores. Otros genes causan el efecto contrario, produciendo senescencia y muerte celular (apoptosis). Estos están vinculados al alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Así que cáncer y alzhéimer pueden considerarse como dos conceptos antagónicos. Uno tiene que ver con proliferación celular y otro con su muerte. Los genes que producen un proceso pueden ser beneficiosos para el otro y viceversa. El genoma de cada individuo está programado para estar en algún punto de ese equilibrio”
Lo que Mussico viene a comentar es que nuestro genoma se encuentra en continuo equilibrio: por un lado existen genes que promueven la proliferación celular para reparar los tejidos, el crecimiento tisular, etc.; y por otro, hay genes que favorecen la muerte celular de una manera programada (apoptosis) para renovar las células del tejido cuando éstas comienzan a fallar.
Según Mussico, este delicado equilibrio puede desplazarse de manera patólogica en un determinado momento de la vida hacia un lado u otro rompiéndose este equilibrio. Si el equilibrio se ha roto hacia la proliferación celular incontrolada, se desarrollará cáncer; si por el contrario se ha desviado hacia la muerte celular, se desarrollará alzhéimer o cualquier otra enfermedad neurodegenerativa si nos encontramos en el tejido nervioso.
Es por esto por lo que resulta antagónico que se den ambas condiciones a la vez y, por tanto, es poco probable la aparición de alzhéimer y cáncer en la misma persona. Imaginémonos una balanza en el que a un lado está el peso de los genes que promueven el crecimiento celular y en el otro los genes que favorecen la muerte celular. Si el equilibrio se rompe, la balanza se inclinará hacia un lado u otro, o hacia el cáncer o hacia el alzhéimer.
Se trata, por tanto, de conclusiones que. de confirmarse con futuros estudios, podrían esclarecer cuál es la relación entre el alzhéimer y el cáncer, así como los mecanismos patogénicos que intervienen en cada uno de ellos.
Fuente: El País