Picor y dolor, ¿son la misma cosa para nuestro cerebro?
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Aunque parezca una pregunta extraña, la realidad es que varios estudios han descubierto que tanto el dolor como el picazón se producen en la misma zona cerebral, y distinguir un “mensaje” de otro es casi imposible, por lo que la distinción de una y otra sensación en el cerebro es bastante complicada. Pero una nueva investigación ha cambiado esta afirmación.
Según el reciente estudio publicado hace una semana en PLoS One, a cargo de varios neurocientíficos liderados por Chih-Hung Lee y Takashi Sugiyama, podría haber ciertas variaciones en el flujo sanguíneo cerebral según si la sensación es de dolor o de picazón.
Como hemos recordado antes, en anteriores estudios de neuroimagen, donde se usó la fMRI o Resonancia Magnética Funcional, ambas sensaciones (dolor y picor) parecían crearse en la misma región específica de la corteza prefrontal. Pero “parecer” no es “ser”, y así lo comentan los investigadores:
“A diferencia del dolor, el picor es una sensación desagradable que provoca el deseo de rascarse. Aunque hay diferencias en su procesamiento, se cree que tanto el dolor como el picor están estrechamente relacionados, ya que la activación leve de los nocireceptores produce picor, pero la activación fuerte de estos receptores produce un leve dolor. Por otra parte, hay una gran superposición de neuromediadores de dolor y picor y el procesamiento de sus señales. Curiosamente, inducir dolor puede inhibir el picor, lo que sugiere que existe un control recíproco entre dolor y picor”
Así pues, sabemos que el dolor y el picor pueden llegar a sentirse de forma similar. Y las imágenes cerebrales lo confirman, ya que algunos receptores del sistema nervioso participan en el procesamiento de ambas percepciones. Incluso se llegó a pensar que un picor medio y el dolor podían llegar a ser el mismo fenómeno neurológico. Pero, ¿es esto cierto?
Para contestar a esta pregunta, estos neurocientíficos probaron con una nueva técnica de neuroimagen, llamada Espectroscopia de Infrarrojo Cercano (NIRS), lo que les permitió ver como iba cambiando el flujo sanguíneo cerebral en tiempo real. Así lo describen:
“Hemos observado patrones de activación diferentes en la corteza frontal para el dolor agudo y para el picor inducido por histamina. La corteza prefrontal mostró un patrón diferente de flujo sanguíneo según la percepción. A pesar de que parecía que el patrón de activación para el dolor o el picor eran diferentes, un análisis de las señales NIRS demostraron que había la misma participación por parte de la zona prefrontal. Pero, como resultado final, se encontraron respuestas de flujo sanguíneo diferente según el picor o el dolor en la estimulación (T = 18,7 para el dolor, y T = 0,63 para el picor). Este es el primer estudio que demuestra la separación espacial y temporal de un flujo de sangre y el dolor inducido durante el procesamiento de la información”
Por tanto, como conclusión, podemos afirmar que tanto el dolor como el picor se desarrollan en la misma región cerebral, pero el ritmo de flujo sanguíneo varía de forma significativa entre ambos fenómenos. Gracias a este primer estudio, poco a poco, podremos entender más y mejor las sensaciones físicas que sentimos y la forma que tiene nuestro cerebro de procesarlas.
Vía | io9.