Moverte usando un solo pelo, y otros experimentos en gravedad cero

El entorno en gravedad cero en el que viven los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) siempre atrae el interés de cualquier aficionado a la exploración espacial. Es una sensación que muy pocas personas en el mundo pueden disfrutar, y que abre muchas posibilidades, no solo a la hora de moverse sino sobre todo a la hora de comprobar cómo de diferentes son las acciones o reacciones que vemos todos los días en la Tierra.

Por ejemplo, la manera en la que una llama se enciende, como vemos en el vídeo. Con la popularización de Internet cada vez se están haciendo mas experimentos de este tipo a sugerencia de los aficionados o estudiantes, como por ejemplo este en el que se comprobó qué pasaba cuando estrujas un paño empapado de agua en gravedad cero:

El último caso es el de la astronauta Karen Nyberg, que se planteó un experimento sencillo pero que ayudaría a representar lo que sienten los astronautas en este entorno. Nyberg fue inspirada por una conversación entre la astronauta Cady Coleman y la actriz Sandra Bullock, con motivo de la promoción de la película Gravity. Coleman ayudó a Bullock a prepararse para la grabación, aportándole datos y experiencias necesarias para poder actuar de la manera mas realista posible.

Una de estas experiencias, que es la que Nyberg demuestra en el vídeo, es la posibilidad de moverte en gravedad cero empujándote únicamente con un pelo. Por supuesto, en tierra eso sería imposible y el pelo no tardaría en partirse, pero en gravedad cero la cantidad de fuerza necesaria para impulsarse es mínima, y de hecho como vemos en el vídeo sin apenas hacer fuerza la astronauta acaba dando la vuelta.

No es un experimento muy complicado, pero gracias a él sabemos mejor el esfuerzo mínimo que tienen que hacer las personas que viven en la ISS para moverse. El punto positivo es que así son capaces de moverse de un lado a otro durante todo el día sin gastar energía, pero también tiene un punto negativo muy importante: la falta de esfuerzo hace que los astronautas tengan que pasar un tiempo de adaptación cuando vuelven a Tierra, por culpa de la masa muscular perdida. Esto se suma a otros efectos como la pérdida de densidad en los huesos o incluso que los ojos se les salgan poco a poco de las órbitas, todos ellos problemas que los científicos aún están investigando de cara a un viaje largo a otros planetas.