reloj_interno

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Tecnología

Descubren el secreto para evitar el jet-lag

22 marzo, 2014 20:06

En varias ocasiones os hemos hablado sobre el ritmo circadiano, e incluso como sacarle el máximo partido, en MedCiencia. Sin embargo, aunque intentemos conocerlo a fondo, lo de modificarlo ya es otro asunto. Y si somos individuos muy viajeros o trabajadores por turnos, la cosa se pone fea, ya que nuestro cuerpo no está hecho para adaptarse rápidamente a estas situaciones y necesita su tiempo. Normalmente el ajuste de nuestro ritmo interno viene dado por la luz, y por otros factores de cada persona (algunos se adaptan mejor que otros), pero poco más. Ahora unos investigadores han descubierto cual es el mecanismo que controla este reajuste para poder hacerlo de forma artificial fácilmente.

Una enzima es la responsable de ajustar nuestro reloj biológico

reloj_biologico

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Como ya sabéis, alterar nuestro ritmo circadiano puede sentarle fatal a nuestro patrón del sueño y a nuestro metabolismo, por lo que trasnochar o trabajar por turnos no es buena idea, pero a veces es necesario. Para que nuestra fisiología no sufra y se pueda adaptar rápidamente a este tipo de situaciones, el Dr. David Bechtold y su equipo de la Universidad de Manchester vienen a nuestro rescate:

“No estamos genéticamente predispuestos a adaptarnos rápidamente al trabajo por turnos o a los vuelos de largo recorrido, y como tales los relojes de nuestro cuerpo no están construidos para resistir cambios tan rápidos. Desafortunadamente, tenemos que lidiar con estos problemas y existe una evidencia clara de que la interrupción de los relojes de nuestro cuerpo tiene consecuencias negativas para nuestra salud”

Bechtold y su equipo enfocaron su estudio en una enzima llamada CK1epsilon, componente del reloj biológico, en ratones. Detectaron que los ratones que carecían de CK1epsion eran capaces de adaptarse a un nuevo entorno de luz-oscuridad mucho más rápido de lo normal demostrando que los fármacos que inhiben esta encima pueden acelerar la velocidad de adaptación, además de recudir las alteraciones metabólicas que causan los cambios de hora.

Puede que este sea un paso realmente importante para evitar los temidos jet-lag y poder adaptarse mucho más fácilmente a los trabajos por turnos, evitando las molestas consecuencias que conllevan.

Vía | Universidad de Manchester.