Los biohackers que quieren conseguir visión infrarroja
Vale, no se nos da nada bien ver las cosas durante la noche o en situaciones de densa oscuridad. De hecho, ya os comentamos las nuevas investigaciones con unas lentillas capaces de conseguir una visión nocturna. Pero claro, de tener esta capacidad en los actuales dispositivos o en las futuristas lentes de contacto a coger e implementarse la visión infrarroja a uno mismo hay un paso importante, ¿no? Pues parece ser que para algunos intrépidos individuos no hay tal paso.
La visión infrarroja y la vitamina A
Hace varias décadas, durante la Segunda Guerra Mundial, la Marina de EE.UU. quería marineros capaces de detectar señales IR. Para tal fin los alimentaron con una dieta donde faltaba la vitamina A, cuya función es dotar a nuestro sistema visual de los pigmentos. A cambio recibieron suplementos alternativos para ser sensibles al espectro infrarrojo. Los experimentos finalizaron de forma prematura, pero ahora un grupo de cuatro biohackers quieren volver a intentarlo.
¿Problemas? Por supuesto, se llama vitamina por algo, y ese algo implica que alrededor de un millón de niños mueren cada año en nuestro planeta por culpa de la falta de alimentos ricos en este nutriente básico o, como mínimo, acaban con ceguera. Aún así, los biohackers quieren intentarlo (sin morir en el intento), por lo que sustituirán la vitamina A por la vitamina A2 en compensación, la cual se encuentra en los pescados de agua dulce o en los hígados animales. Actualmente buscan financiación para su experimento mediante un modelo de crowfunding llamado Mucroryza con el fin de adquirir esa vitamina. Además obtendrán equipos sensibles para medir las respuestas eléctricas del ojo delante de los cambios de sensibilidad espectral y sus resultados se publicarán en revistas científicas revisadas y en abierto.
Con el objetivo de llegar a esta visión infrarroja, la dieta que usaran estos biohackers ha sido desarrollada por Rob Rhinehart, ingeniero informático y creador de la bebida Soylent (también nacida del crowdfunding).
Los peligros de la falta de vitamina A
Para que os hagáis una idea de los peligros de este experimento, hay que tener en cuenta las investigaciones llevadas a cabo con ratas, a parte de los resultados de muertes y ceguera anuales. En dichos experimentos las ratas privadas de vitamina A acabaron desarrollando hipogonadismo (genitales internos con funciones reducidas). Esto sucedía igualmente aunque se les alimentara con ácido retinóico, uno de los derivados conocidos de la vitamina A, pues parece ser que su administración en forma artificial no era suficiente.
Por otra parte, aunque nuestro cuerpo puede metabolizar la vitamina A2 (la que buscan utilizar en su experimento estos biohackers), las proteínas responsables de su transporte solo cuentan con una eficiencia del 25% respecto a la vitamina A normal.
Personalmente, yo pienso que esto es una locura, y que las consecuencias del experimento pueden ser tan catastróficas como os las estoy pintando. Además, ser el mismo sujeto de tu propia investigación también es algo bastante peligroso (y sino que se lo digan a ese intrépido investigador que recibió picaduras de abejas durante 38 días para saber donde dolían más). Investigar y descubrir cosas nuevas está bien, pero es necesario separar la necesidad de fama y gloria de lo verdaderamente importante, que es aportar algo de conocimiento a nuestro mundo.
Vía | Extreme Tech.