Así es como los egipcios lograron construir las pirámides usando la mitad del esfuerzo
Todos sabemos suficiente sobre la cultura egipcia como para maravillarnos de las grandes construcciones faraónicas. Tanto es así que Internet (reflejo del gusto de la gente por las “conspiraciones”) está plagado de artículos que surgieren o aseguran que los egipcios tuvieron ayuda extraterrestre. El hecho es que, aliens y conspiraciones a parte, las grandes obras faraónicas y sus realización, son aún hoy un tema importante en investigación, hasta el punto que no hace 5 días se publicó un interesante trabajo que desvela alguna de las técnicas empleadas en la construcción de las pirámides.
Arena mojada: El secreto de los egipcios
En concreto el estudio muestra que mojando la arena se puede reducir el coeficiente de rozamiento de esta, haciendo más fácil deslizar grandes pesos sobre ella. Más aún, se cree que los egipcios utilizaban esta técnica de mojado para transportar los bloques de piedra con que se hicieron las pirámides. En concreto lo que el estudio confirma es la verosimilitud de los dibujos encontrados en algunas tumbas que muestran cómo se transportan estatuas y bloques de piedra y en las que aparece una persona mojando la arena justo delante del trineo que porta el objeto. Uno de estos dibujos es el que podéis ver en la imagen que preside la entrada. A continuación haremos un breve resumen del experimento y sus resultados para que dejar bien claro cómo y por qué se conluye este sorprendente hecho.
Para confirmar este hecho se utilizó un
En la gráfica podemos ver claramente cómo el rozamiento (eje vertical) disminuye a medida que mojamos más el agua. Para concentraciones mayores (cada concentración es un color según la leyenda) el rozamiento vuelve a aumentar incluso por encima del valor inicial. En concreto este punto de saturación se sitúa cerca del 5% de Agua por 95% de Arena; según los datos recogidos por el estudio para valores mayores el coeficiente de rozamiento vuelve a aumentar.
La explicación de este efecto es que una pequeña cantidad de agua actúa como puente entre partículas de arena uniéndolas y provocando que se comporte de forma más parecida a un material contínuo, como la roca o el mármol, que antes. Para “altas” (más del 5%) concentraciones de agua estos enlaces/puentes se saturan y se produce el efecto contrario.
Una vez queda demostrado que no está todo descubierto, ni siquiera en el marco de la física clásica. Aún en 2014 nos encontramos con experimentos sencillos, que nosotros mismos podríamos hacer en casa y que arrojan luz sobre misterios que todavía no entendemos al 100%. ¡Qué bonito es cuando dos ramas de conocimiento tan diferentes como la física y la historia se dan la mano para ayudarnos a entender nuestro mundo presente y pasado!
Fuente: Physical Review Letters (112.175502)