Tener pareja podría mejorar el pronóstico de cáncer de mama
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Factor emocional del cáncer
Los resultados indican que, si bien entre las mujeres casadas con una media de edad de 56 años cuando se diagnostica la enfermedad se observa un mejor pronóstico del cáncer (supervivencia del 89% a los 5 años), entre las pacientes no casadas (aquellas que nunca se han casado, separadas y viudas) con una media de edad de 65 años, la supervivencia es del 82%. Además, en el caso de las mujeres casadas, que representan el 56,8% de la muestra, se constata que el cáncer de mama se detecta en una fase inicial y que los tumores son más pequeños.
Los resultados del estudio también muestran que la mejora de la supervivencia entre las mujeres casadas es más grande cuanto más avanzada está la enfermedad. Así, entre las pacientes en los estadios I, II, III y IV del cáncer de mama se observa una mejora significativa a los 5 años de un 1%, 3%, 9% y 7%, respectivamente. Por otro lado, parece que también podría existir una relación entre el estado civil y la edad en la que se diagnostica la patología: en el caso de las mujeres no casadas, la supervivencia empeora con el paso de los años.
Por último, al parecer, el impacto del estado civil sobre el pronóstico de la enfermedad parece mayor entre las pacientes de edad avanzada, en comparación con las pacientes más jóvenes. Las causas podrían ser muchas, pero estarían relacionadas con una biología más agresiva en el caso de las mujeres jóvenes y a una creciente necesidad de un sistema de apoyo entre las pacientes más mayores.
Las causas de esta influencia se desconocen, por lo que los investigadores han indicado la necesidad de abordarlas en estudios posteriores. De todos modos, los expertos han apuntado que posiblemente el sistema inmunitario se vea afectado por el estado de ánimo. Como indican los mismos expertos en ABC Salud, si bien no se dispone de cifras, la experiencia indica que una persona con apoyo familiar, con una actitud positiva y no depresiva, mejora más que una persona sola y con actitud depresiva. Más allá, son varios los trabajos que han constatado que una actitud positiva ante la vida alarga la vida y, en caso de enfermedad, ayuda a reforzar el sistema inmunitario. Incluso es un factor importante en el proceso de recuperación de determinadas patologías, como el cáncer.
Diagnóstico de cáncer: ¿más divorcios?
Desde hace muchos años varios trabajos científicos han tratado de evidenciar si el diagnóstico de un cáncer puede provocar divorcios, con el consecuente estrés emocional que estos suponen y que, ahora vemos, pueden afectar incluso al desarrollo de la enfermedad. El caso es que los resultados arrojados por estos estudios son contradictorios.
Algunos de ellos, como uno publicado en 2007 por investigadores noruegos, ponen de manifiesto que el hecho de sufrir cáncer no induce a más números de divorcios. En este estudio concreto, la tasa de separaciones era la misma a no ser que la enfermedad estuviera localizada en cuello de útero o testículos. De hecho, la investigación reveló que la mayoría de los tipos de cáncer predispone a una pequeña disminución de la tasa de divorcios durante los primeros años después del diagnóstico, además de romper el mito de que los hombres son más propensos a dejar a sus cónyuges después de un cáncer de mama.
Por el contrario, otro trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Utah (Estados Unidos) encontró en una muestra de 500 pacientes de cáncer que estos tenían siete veces más riesgo de separarse. Otro trabajo, realizado por Marc Chamberlain, director del programa de neurooncología de la Alianza del Cuidado del Cáncer de Seattle, y publicado en la revista Cancer en 2009, reveló que el 12% de las relaciones termina en divorcio cuando uno de los cónyuges desarrolla la enfermedad.
Además, según los estudios que aseguran que sí que aumentan las tasas de divorcio ante el diagnóstico de un cáncer, existe una preferencia de género: los hombres acostumbran a dejar más a sus mujeres que al contrario.
Fuente | Unitat de Comunicació. Hospital Universitari Vall d’Hebron
Imagen | JoséMa Orsini