Videojuegos controlados con nuestras emociones
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Aunque los diversos dispositivos de realidad virtual actuales como el Oculus Rift ofrecen una emocionante experiencia a los jugadores, no siguen siendo mas que una evolución de las pantallas y controles actuales. La verdadera revolución de los videojuegos que permita “meternos” en ellos puede estar en el uso de dispositivos biométricos que registren nuestro comportamiento para integrarlo en la partida.
Conectados con el videojuego, literalmente
Ese es el caso de un prototipo salido de la Universidad de Udine, Italia, que nos permite controlar videojuegos con nuestras emociones. Para ello, utiliza cuatro sensores que debemos ponernos por todo el cuerpo; de esta manera detecta nuestra conductancia de la piel (también usada en polígrafos), nuestro ritmo cardiaco, el movimiento de un músculo en las cejas y otro en la mejilla que movemos inconscientemente cuando nos enfadamos. Parece que estemos conectados a un detector de mentiras, pero eso no es cierto; es mucho mas.
El sistema es capaz de detectar todos esos detalles que no podemos controlar de nuestro cuerpo y los interpreta, pasándolos al programa. El objetivo de este juego es permanecer lo mas calmado posible, ya que el protagonista está sufriendo una jornada de trabajo muy intensa y lo último que queremos es que lo mande todo a donde vino. El personaje reaccionará dependiendo de lo estresados que nos volvamos.
Lo cierto es que este sistema presenta mas preguntas que respuestas en la actualidad. Por ejemplo, si realmente este tipo de dispositivos tienen utilidad en los videojuegos. Es fácil imaginar juegos que cambiarían el entorno dependiendo de nuestro estado de ánimo, pero mas allá se trata de terreno inexplorado. Además la experiencia dependerá mucho de cada tipo de usuario, por no mencionar el trabajo que supone ponerse todos los sensores, aunque en este caso es de esperar que la tecnología evolucione para miniaturizarlos.
Pese a todo, merece la pena seguir investigando. Ya hay desarrolladores independientes que están aprovechando la biométrica para ofrecer experiencias únicas, como Deep Sea, un juego de terror que reacciona analizando nuestra respiración.
Fuente | Rock, Paper, Shotgun