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Tecnología

¿Odias tus dientes? la culpa es de tus genes

6 julio, 2014 21:05

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Desde pequeños se nos ha inculcado que hay que lavarse los dientes después de cada comida y no tomar mucho azúcar. Sin embargo, siempre había alguien que pese a saltarse estas indicaciones seguía teniendo una dentadura perfecta, mientras la tuya iba a peor.

Los científicos afirman que la salud dental depende una combinación de genes e higiene dental. Sobre el 60% de nuestro riesgo de caries parece deberse a factores genéticos, cuenta Mary L. Marazita, directora del Center for Craniofacial and Dental Genetics de la Escuela de Higiene Dental de la Universidad de Pittsburgh.

Aunque la odontología genética está todavía en sus inicios, los científicos han identificado 5 áreas en las que los genes juegan un papel fundamental en la caries dental:

1. Preferencia por lo dulce

A casi todos nos gustan los dulces, chucherías y otros alimentos que amenazan nuestra salud dental. Aunque podamos pensar que todos los niños se vuelven locos al ver una tienda de chucherías, los científicos han identificado variantes genéticos que muestran una gama de ‘preferencia por lo dulce’.

De esta forma, dos niños que hayan crecido en ambientes idénticos pueden tener una preferencia totalmente distinta por el azúcar. Mayor es la expresión de estos genes, más probabilidad de padecer caries tenemos.

2. Esmalte dental

Algunas personas tienen un esmalte más suave que otras, lo que permite a las bacterias anidar con menos dificultad y realizar su ‘excavación’.

Debido a que los genes son los principales determinantes de la estructura del esmalte, la disposición a presentar caries dependerá en gran medida de dicha estructura. 

3. El gusto

La riña que surge cuándo pides una pizza con tus amigos y debatís sobre si ponerle o no piña, es uno de los mejores ejemplos de que no todo el mundo tiene los mismos gustos (echarle piña a la pizza es de mala persona).

En un estudio reciente, se ha identificado la variante de un gen que determina nuestra habilidad para disfrutar el cilantro; una hierba común en la cocina Asiática y Latino Americana. ‘Sabe a sopa’ era la frase más común en las personas que no poseían la variante de dicho gen.

El gusto compone la variedad de cosas que nos puedan gustar, no solo las que estamos geneticamente dispuestos a disfrutar, sino también nuestra capacidad para percibir ciertos sabores. Es un proceso complejo que incluye la lengua y que está fuertemente ligado a nuestro sentido del olftato.

4. La fuerza salival 

El calcio, potasio y otros elementos son muy importantes para nuestra salud dental. Pero no es tan simple como comer los alimentos adecuados: estos deben ser metabolizados para ser útiles.

Aquí es dónde entra en juego la saliva. Por ello los científicos han identificado los variantes genéticos que hacen que una persona posea una saliva más eficiente que otra.

5. Microbioma

Hay todo un campo de estudio llamado ecología microbiana que profundiza en las diferentes comunidades bacterianas que viven en el cuerpo humano. En la boca, existen comunidades aisladas de bacterias en la lengua, en la superficie de los dientes y debajo de la línea de las encías.

En conjunto estas comunidades forman lo que se conoce como microbioma. Pero no te preocupes, todo está en orden, nuestro sistema inmune está al tanto. Una mejor o peor respuesta afectará en distinta medida al riesgo de desarrollar caries.

¿Y el resto?

Hemos comentado que alrededor de un 60% de nuestra salud dental dependía de nuestros genes, ¿y el 40% restante?

Nuestra dieta, la frecuencia con la que nos lavamos los dientes, fumar, el acceso al cuidado dental, nuestra cultura e incluso factores socio-económicos, afirma Robert J. Weyant, presidente de Departamento de Salud Dental Pública de la Universidad de Pittsburgh.

Sin embargo, uno de los factores que participan en mayor medida en este porcentaje es el consumo de bebidas con azúcar. Cualquier alimento azucarado puede herirnos, pero las bebidas azucaradas son particularmente agresivas para nuestra salud dental.

Pero no os preocupéis, el café o el té no entran dentro de esta categoría. Además el alcohol tampoco es muy significativo, es más el refresco que le añadimos que el alcohol en sí.

Fuente | CNN