La personalidad es un rasgo estable que nos convierte en quiénes somos y que no suele cambiar. Si bien esto es ciert,o psicólogos defensores de las teorías del ciclo vital (lifespan) han encontrado ciertos cambios que se repiten consistentemente en las personas a lo largo de sus vidas, hoy vamos a verlos.

La personalidad por definición…

Es un rasgo estable. Pero la personalidad NO patológica además es flexible, por lo que no es raro que podamos contemplar ciertos cambios en ella como adaptación al medio que nos rodea y los cambios que se dan a lo largo de nuestra vida. No queremos decir que la persona deje de ser quien es sino que su personalidad (dentro de los rasgos individuales que presenta) fluctúa y oscila más en algunas épocas de la vida. Cada persona es diferente a la otra en los rasgos que presenta (que intensidad o puntuación presenta en cada uno), pero luego se ha observado un patrón común para todos a pesar de las diferencias individuales, un patrón evolutivo.

En el caso de la personalidad patológica (que no se contempla en este estudio) los datos son diferentes, si bien los trastornos de personalidad presentan una mayor estabilidad al entrar en la edad madura (40 años), estos sí se caracterizan por su elevada inflexibilidad y bajo amoldamiento a las situaciones que los rodean, por lo que no son adaptativos, luego no se ajustan a las situaciones como lo hace la personalidad normal. Son personalidades rígidas y desadaptativas, precisamente por esa poca flexibilidad.

¿Cómo evoluciona la personalidad normal?

El estudio del que hablamos trabajó evaluando y reevaluando en una muestra de sujetos sus rasgos de personalidad cada dos años (4000 neozelandeses con edades comprendidas entre los 20 y 80 años). Esto se hacía pasándoles cuestionarios de personalidad que median los Big 5 (los 5 grandes factores de personalidad) añadiendo una evaluación también del factor honestidad-humildad. Los 5 grandes factores de personalidad son: Extraversión, Apertura a la experiencia, Responsabilidad, Amabilidad o Afabilidad e inestabilidad emocional (neuroticismo).

A pesar de que el estudio demostró la gran estabilidad de la personalidad, también demostró que esta estabilidad en los rasgos variaba según el momento vital de la persona. La personalidad va estabilizándose a través de la juventud hasta llegar a la edad media, este será el pico más estable, luego la personalidad irá recobrando su inestabilidad a medida que nos adentramos en la vejez.

Los 5 rasgos mostraron un patrón de evolución de la estabilidad a lo largo del ciclo vital que sigue el patrón de una U invertida (variando el pico de máxima estabilidad dependiendo del rasgo, pero siempre entre los 30 y 50 años). Así la personalidad aumenta su estabilidad en la juventud hasta alcanzar su pico máximo para luego disminuir en estabilidad progresivamente hasta la vejez.

En concreto encontraron que la personalidad aumenta en estabilidad de los 20 a los 40 años (o 50), para luego ir declinando hasta los 80. Esta evolución se produce para todos los rasgos de personalidad medidos en el estudio, excepto amabilidad (afabilidad) que va disminuyendo su estabilidad a lo largo del ciclo vital.

Veamos la evolución rasgo por rasgo:

• Extraversión: Es el rasgo más estable de todos, presenta su máxima estabilidad alrededor de los 30 años de edad.

• Apertura a la experiencia: En la vejez retoma valores similares a los encontrados en edades jóvenes. Muestra su pico de estabilidad máxima hacia finales de la cuarentena o primeros años de la cincuentena de edad.

• Responsabilidad: En la vejez retoma valores similares a los encontrados en edades jóvenes. Muestra su pico de estabilidad máxima hacia finales de la cuarentena o primeros años de la cincuentena de edad.

• Amabilidad o Afabilidad: Es el rasgo menos estable de todos, su estabilidad va disminuyendo progresivamente con la edad.

• Inestabilidad emocional (neuroticismo): Presenta su máxima estabilidad alrededor de los 30 años.

• Honestidad-Humildad: En la vejez retoma valores similares a los encontrados en edades jóvenes. Muestra su pico de estabilidad máxima hacia finales de la cuarentena o primeros años de la cincuentena de edad.

¿A qué se deben estos cambios?

Se postula que las distintas etapas de la vida implican distintos roles, cargas y presiones sociales, cambios biológicos, etc… Estas modulan tanto nuestro estado emocional, como nuestra forma de ser, y ahora también, nuestra personalidad. Por ejemplo algunos cambios que pueden afectar a la personalidad son:

• Ser padre o madre.
• La jubilación.
• Entrar al mundo laboral.
• La menopausia.
• La pubertad.
• El matrimonio.
• Mudarse a un país extranjero a vivir.
• Etc…

Como vemos algunos de estos cambios son biológicos o internos, otros son cambios de rol, otros son factores externos, etc… Pero es cierto que por ejemplo rasgos como la extraversión, el neuroticismo, la impulsividad, etc… Pueden modificarse en diversas situaciones, el estudio manifiesta que este es el siguiente camino a estudiar, el cómo cada factor afecta a la evolución de estos rasgos.

Fuente: Research Digest,

Imagen: Wikipedia.