Pregunté de qué estaban hechos los árboles y no creerás lo que aprendí
Una vez leí que las respuestas más sorpendentes están en las preguntas más inocentes. Y lo cierto es que cada vez es más evidente, a medida que la ciencia avanza más y más. A día de hoy preguntas como si el universo es determinista, de dónde viene el universo, de qué estamos hechos… tienen respuestas a cada cual más sorprendente y maravillosa. Todo el mundo se ha preguntado alguna vez qué son los imanes o de qué están hechos los árboles; bueno, esto último quizás no. Pero la respuesta es tan sorprendente que cuesta creerla.
Cualquiera que se pregunte alguna vez de dónde sale la madera, habrá visualizado rápidamente la respuesta más intuitiva: de la tierra. Igual que las personas comemos frutas, verduras, carne… para hacernos más grandes, los árboles “comen” tierra, ¿no? Pues no, para nada. Los árboles apenas toman nutrientes de la tierra, como demostró el experimento que realizó en el siglo XVI, Jan Baptist Helmont. En su experimento, el belga estuvo cultivando un árbol durante 5 años con cuidado de que no entrara tierra nueva en la maceta de cultivo. Al cabo de los 5 años encontró que la diferencia de peso en la tierra era despreciable comparada con el peso del árbol.
Así que no es la tierra, entonces ¿qué es? Tampoco es el agua, Jan Baptist tuvo eso en cuenta y resultó que el peso del agua que usó tampoco llegaba a un porcentaje significativo de la masa del árbol. Cualquiera que sepa un poco de la alimentación de las plantas sabe que sólo nos quedan dos ingredientes de la fotosíntesis: la luz y el aire (oxígeno o dióxido de carbono, siendo precisos). La luz, aunque físicamente posible, no parece un gran candidato como fuente de masa.
Así que sí, solo nos queda el aire, en concreto el CO2 y el O2. De hecho, si nos fijamos en la composición química de la madera, esta es, en un alto porcentaje, carbono. Eso es, la madera está hecha principalmente de aire. Suena a ciencia ficción, pero es ciencia, bioquímica de hecho, que una vez más nos descubre que la realidad supera a la ficción más veces de las que imaginamos.
Espero que os haya gustado esta curiosidad y que hayáis aprendido algo nuevo de la fotosíntesis, uno de los procesos más eficientes y maravillosos de la naturaleza. Si tenéis cualquier duda, como siempre, ahí están los comentarios, ¡disfrutad!