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¿Cómo aprender a amar tu propio cuerpo?

12 septiembre, 2014 20:17

Empecemos por ponernos en situación, recuerda tu cuerpo hace 5-10-20 años… ¿Cómo era? ¿Cómo ves ahora ese cuerpo? La mayoría seguramente lo veáis mejor de lo que lo veíais en ese momento. Mirando fotos antiguas solemos pensar, “pues no estaba tan mal”. Y es que no lo estás. El problema es que somos incapaces de ser objetivos y distanciarnos para ser jueces justos de nuestro cuerpo.

Nuestra sociedad (como todas) tiene sus propios criterios de belleza, sus cánones, y los medios de comunicación se encargan de difundirlos. Pero lo que ocurre es que a nosotros no se nos pasa por la cabeza evaluar que hay detrás de eso… Y os puedo decir que son intereses económicos o políticos de algún tipo seguramente. Los cánones de belleza son intencionadamente distantes de la realidad… Si todas fuéramos como la chica que anuncia la crema reductora nadie la compraría, pero al querer ser como ella, nos gastamos el dinero. Ahí está el interés económico. Si el modelo de belleza real fuera el que se promueve nadie tendría que cambiar nada, comprar ningún producto cosmético ni ninguna ropa “de moda” para estar más guapa y más cercana a las “modelos” y por eso les interesa mantenerlo así.

Claro está que bombardeadas desde una edad muy temprana difícil es que no nos veamos influenciadas de alguna manera. Pero no es imposible. El amor no lo puedes buscar fuera, el amor proviene de dentro, por mucho que te digan “guapa”, si tú no te lo crees de nada servirá. Y eso vamos a intentar hoy, aprender a amar el propio cuerpo.

Los consejos….

  1. Evalúa el motivo de tu insatisfacción: ¿A quién no le gusta tu cuerpo? ¿a ti o a los demás? Porque no es lo mismo. Los demás pueden decirme que tengo por ejemplo “el culo gordo” pero si a ti te gusta procura diferenciarlo. No es tu opinión es la de los demás. Muchas veces se mezclan problemas de relaciones con problemas de satisfacción corporal, si tu madre es excesivamente critica con tu cuerpo ello no quiere decir que tu imagen sea negativa sino que hay un problema en la relación con ella. No interiorices comentarios externos, esa no es tu opinión.
  2. No te expongas a la manipulación de los medios: Procura no estar todo el día mirando revistas de moda, de dietética, programas de modelos o de ropa, ya sabes las ideas que promueven y en personas vulnerables acaban haciendo mella. Evita exponerte a imágenes irreales de belleza. Y no lo olvides: todas utilizan photoshop, cantidades industriales de maquillaje y la mitad pasan sus vidas metidas en un gimnasio, con estrictas dietas y en un alto porcentaje de casos con trastornos alimentarios severos.
  3. Céntrate en la función de tu cuerpo y no en la forma: Reconoce todas las cosas que tu cuerpo puede hacer independientemente de su forma, color, peso, etc… Si lo trabajas, enfócalo de esa manera, cuánto tiempo tardo en caminar una distancia, cuánto peso puedo levantar, cuánta flexibilidad tengo, potencia esas habilidades, el ejercicio físico mejora la forma física y es estando pendientes de la función (mejora de las funciones) que lo corroboramos. No hagas ejercicio solo para perder peso, estar más delgada o mejorar una parte del cuerpo, eso vendrá solo pero si lo tenemos como único objetivo nos desmotivaremos. Piensa que, un cuerpo delgado no tiene porque equivaler a un cuerpo sano. Aprende a diferenciarlo y así ganar autoconfianza y autoestima. ¡Deja de centrarte en lo que no tienes y observa todo lo que sí tienes!
  4. Busca tus puntos fuertes y poténcialos, no sirve de nada machacarnos en algo que se nos da mal hasta que conseguimos sentirnos peor. ¿Eres buen bailarín? Apúntate a danza, ¿Eres rápido? Ves a correr, ¿Eres fuerte? A por las pesas del gimnasio, ¿Eres de mano rápida? Apúntate a boxeo, ¿Te gusta nadar? Pues a la piscina. Potencia lo que te gusta como forma de trabajar el cuerpo. Si ya nos cuesta hacer ejercicio más difícil será si nos metemos en algo que se nos da fatal. 
  5. Acicálate: Pero a tu manera, la ropa de las modelos no sienta bien a todo el mundo y eso no quiere decir que tu cuerpo este mal hecho. Busca un estilo que favorezca tu fantástico cuerpo. En muchas tiendas hay asistentes de estilo gratuitas que te ayudarán (aunque claro, también tienen intereses en que compres). Aléjate de la moda y busca aquella ropa que te siente bien y te guste a ti, el mejor traje que uno puede llevar es el de la confianza, y la confianza es creerse uno mismo que vale, así que deja de vestirte para los demás. 
  6. Deja ir las fantasías sobre el cuerpo ideal: Si nos pusiéramos a pensarlo y pudiéramos elegir un cuerpo a la carta, seguramente todos acabaríamos cambiando algo, pero al final eso también nos sabría a poco. ¿Ideal, para quién? Déjalo ir, nadie es perfecto (nadie). Eres lo que eres y eso no va a cambiar, deja de fantasear sobre ser alguien diferente y empieza a aceptar como eres en el presente. Si lo piensas las chicas delgadas quieren curvas, las que tienen pecho quieren menos y las que tienen poco quieren más, las chicas con culo se quejan de que no pueden encontrar pantalones cómodos, las que tienen poco de que les haga “bolsa” y las que son “normales” (palabra que no me ha gustado nunca) se quejan de ser mediocres o no llamar la atención. Al final todos infelices. Seguramente tengas algo que otra persona desearía tener, pero como insistes en centrarte en lo negativo no seas consciente de todo lo positivo que hay en ti.
  7. ¡Cuídate! Es obvio pero frecuentemente olvidado. Cuando algo no nos gusta lo desatendemos. Preferimos no verlo. Tu cuerpo se merece las horas de sueño necesarias, una dieta saludable (y con dieta no me refiero a dieta de adelgazar sino a dieta general saludable), algo de ejercicio y ¡mimos! Un cuerpo que nos desagrada nos llevara a negligencias hacia él y esto no hará sino empeorar el problema.
  8. No temas aceptarte: Aceptar no es conformarse, hay gente que tiene miedo a quererse tal como es porque eso les llevará a perder la motivación para hacer ejercicio o cuidarse. Esto es falso. Puedes amar tu cuerpo y seguir viéndolo como un trabajo en progreso.
  9. ¡No dejes rienda suelta a los sentimientos, ellos no mandan! En algunos momentos será inevitable sentirnos mal por algo relacionado con nuestro cuerpo, pero debemos comprometernos a NO parar nuestra vida por ello, a no hacerles caso ni evitar cosas. Por ejemplo uno puede sentirse inseguro en bañador pero no debe permitir que ese sentimiento interfiera con ir a la playa y estar con los amigos. Los sentimientos y pensamientos no son la realidad. Otro ejemplo frecuente es evitar las relaciones sexuales por vergüenza o disgusto con el propio cuerpo. Cuanto más lo evites peor te sentirás, no dejes que eso ocurra. Que tus sentimientos no se conviertan en tu realidad.

Ejercicios:

Vos a proponeros una lista de ejercicios para trabajar la imagen corporal y la autoestima que de ella depende:

  • Cada vez que te mires al espejo permítete solo palabras positivas, halágate cada vez, aunque al principio te salga forzado o cueste.
  • Haz una lista con las cosas que te gustan de tu cuerpo, (búscalas que las hay seguro). Este ejercicio no se trata de observar nada negativo así que resiste la tentación. Luego escribe una lista de formas de potenciar esas áreas. Por ejemplo, me gustan mis manos, lo potencio pintándome las uñas, me gusta mi escote, lo potencio con cierto tipo de camisetas. Hay que presumir (decentemente claro) de los atributos.
  • Escríbele una carta a tu cuerpo, agradeciéndole ser como es y las cosas que te permite hacer. Este ejercicio es muy divertido. Halágale en todas su partes positivas y, como si de una persona se tratara, quítale importancia a lo negativo, hazle ver que no es tan malo. Reenamora a tu cuerpo con una carta de amor.
  • Exponte a toda situación que evites. ¿Te avergüenza ir en biquini? Pues cada día póntelo 5-10-15 minutos por casa, en el jardín, etc… cuando lo hayas dominado… ¡a la playa un rato! Y de nuevo lo mismo. ¿Te da corte llevar faldas? Más motivo para llevarlas. Haz una lista de todo lo que temes o evitas y poco a poco afróntalo, veras que se vive mejor con seguridad.
  • Vístete con luz y delante de un espejo (este ejercicio es algo más avanzado), como todos debes saber tu cual es el momento adecuado para implantarlo. Al principio puede no gustarte pero el cuerpo es tuyo y debes poder admirarlo sin malas sensaciones, repite el ejercicio hasta que lo consigas. Un truco es centrar (al principio) la atención en las partes que más te gustan o empezar en ropa interior.

Un matiz importante es que estos ejercicios son para personas sin trastornos alimentarios ni psicológicos, en estos casos no recomiendo hacerlos a no ser que se refuercen con otros o se incluyan en un programa terapéutico, de lo contrario pueden ser contraproducentes. Y de nuevo, el ritmo lo marcas tú, si un ejercicio es demasiado empieza por los más fáciles y repítelos las veces que sean necesarios.

Fuente: Psychology Today.

Imagenes: Flickr, Devianart, Devianart, Wikipedia.