¿Hay alguna relación entre la enfermedad de Parkinson y la migraña?
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La migraña es una enfermedad que tiene una gran prevalencia en la población. El dolor intenso de cabeza, que puede acompañarse de otros síntomas perceptivos, se debe fundamentalmente a una dilatación de los vasos sanguíneos y a una serie de sustancias químicas que se liberan por la zona.
La migraña puede asociarse a otras patologías relacionadas con enfermedades cerebrovasculares (de la circulación sanguínea del cerebro como los infartos cerebrales) y con enfermedades cardiacas. Asimismo, también se ha encontrado que la fibromialgia, una enfermedad que ya se conoce por qué se produce, puede relacionarse con la migraña. Pero, ¿tiene alguna relación con la enfermedad de Parkinson?
Podemos dividir la migraña en dos grandes grupos dependiendo de si existen síntomas en la percepción o no: por un lado tenemos las migrañas con aura, en las que existen alteraciones sensitivas como visión borrosa que preceden al dolor de cabeza; y por el otro están las migrañas sin aura, también denominada migraña común, que no presentan ningún trastorno previo en la percepción.
Teniendo en cuenta esta clasificación, un equipo de investigadores dirigidos por Ann I. Scher ha reunido a un total de 5.620 personas que fueron seguidas durante un periodo de 25 años. Todos ellos tenían una edad comprendida entre los 33 y 65 años.
Al principio del estudio, había participantes con migrañas de uno u otro tipo, y personas que no sufrían dolores de cabeza en absoluto. Tras completar dicho periodo, se evaluó la incidencia de la enfermedad de Parkinson y el síndrome de las piernas inquietas (éste último se cree que puede tener alguna relación con la migraña).
Las personas con migraña tienen más riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson
Cuando se obtuvieron los resultados del estudio, se demostró que existía una clara relación entre padecer migraña y la aparición de la enfermedad de Parkinson. Pero, ¡ojo!, estamos hablando de la relación que existe entre la migraña que aparece en personas de edad media y la aparición tardía de Parkinson.
De esta manera, se halló que los participantes que sufrían migrañas con aura a esa edad fueron dos veces más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson posteriormente en la vida que los que no padecían migrañas.
No solo se encontró esa asociación con el Parkinson, sino que efectivamente el riesgo de padecer el síndrome de las piernas inquietas también estaba aumentado. Es inevitable pensar que existe algún mecanismo en común entre estas tres patologías.
Basándose en estos datos, la principal autora del estudio, Scher, comenta lo siguiente:
“Una alteración en el neurotransmisor dopamina es común tanto en el Parkinson como en el síndrome de las piernas inquietas, y se ha planteado la hipótesis como una posible causa de migraña durante muchos años. Los síntomas de la migraña, tales como demasiados bostezos, náuseas y vómitos se cree que están relacionados con la estimulación del receptor de la dopamina.”
Sin embargo, a día de hoy se desconoce por qué existe esta relación entre el Parkinson y la migraña. Por tanto, la relación entre ambas parece clara, pero no lo es tanto el mecanismo que hay detrás de ellas, por lo que se necesitarán más estudios científicos para dilucidar esta cuestión.
Fuente: Neurology