Auroras boreales: ¿Qué son y cómo se forman?
A todo el mundo le maravillan las auroras boreales. Ver cómo el cielo se ilumina y se tinta de colores es una experiencia mágica. No es de extrañar que los antiguos vikingos y pueblos del norte las consideraran una manifestación divina. Pero hoy sabemos que no lo son, son un fenómeno bien entendido en sus principios básicos. ¿Tú también quieres saberlos? ¡Pues vamos a ello!
Es necesario puntualizar que las auroras boreales son solo la mitad de lo que pasa; existen también las auroras australes que se producen y son visibles desde el polo sur. Nosotros conocemos más las auroras boreales porque nos quedan más cerca, pero no son las únicas que existen. Ambos fenómenos se produce por los mismos principios, que a grandes rasgos son la ionización del gas atmosférico debido al viento solar y los rayos cósmicos.
El viento solar está compuesto por partículas subatómicas con carga eléctrica que llegan a la Tierra con altas energías; por su parte los rayos cósmicos son también partículas subatómicas que llegan con muchísima más energía, pero en menor cantidad. Cuando estas partículas llegan a la atmósfera y “chocan” con los átomos de esta se produce la ionización, es decir, arrancan electrones del átomo en cuestión convirtiéndolo en un ion de carga positiva.
Cuando estos iones son capaces de atraer de nuevo un electrón y volver a su estado original se emite un fotón de luz que depende del electrón que se haya arrancado y del átomo que experimenta el proceso. De esta forma podemos establecer una relación simplista y decir que las auroras verdes y naranjas-rojizas son debidas a interacciones con Oxígeno; mientras que las interacciones con Nitrógeno son de color azul pudiendo aparecer colores rojos si la partícula no es capaz de arrancar el electrón completamente.
Pero esto sigue sin explicar por qué se produce solo en los polos, Oxígeno y Nitrógeno son los gases más abundantes de la Tierra ¡y no se encuentran solo en los polos! Aquí es dondejuega un papel importante el gran escudo invisible de la Tierra: la magnetosfera. La Tierra tiene un campo magnético que la rodea y cuyas líneas de fuerza son como véis en la imagen justo encima saliendo de un polo y acabando en el otro. Toda partícula cargada tiende a girar entorno a estas líneas por lo que el viento solar (al menos la parte eléctricamente cargada) se ve desviada por este campo magnético.
El resultado es justo el que cabe imaginar: las partículas sufren una desviación que las mueve hacia los polos donde se produce la entrada de la mayor parte de estas partículas. Cuantas más partículas, mayor es la probabilidad de ionizar el gas y más intensa será la luz emitida por la atmósfera. Como veis, en ningún momento hablamos de que se favorezca la formación en uno de los polos frente al otro.
Para terminar os dejo un precioso time-lapse de una aurora boreal en Alaska, espero que os guste. Como siempre estaremos encantados de escuchar y resolver cualquier duda, comentario o sugerencia que tengáis así que no dudéis en usar los comentarios.