¿Por qué rascarse puede llegar a ser doloroso?
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El mayor de los placeres, rascarse una picadura o picazón… hasta que deja de serlo. El rascarse solo produce un alivio temporal hasta que se vuelve peor, pero, ¿por qué rascarse al final es malo?
Millones de personas experimentan picazón crónica en algún momento de su vida, como resultado de condiciones que van desde el eczema a la insuficiencia renal producida por el cáncer. Aunque parezca que no, este problema puede producir un gran impacto en la calidad de vida de muchas personas. Aparentemente, el cuerpo parece tener un mecanismo de supervivencia: rascarse una picazón hasta que duela puede traer un alivio inmediato. Pero cuando el dolor desaparece. el picazón a menudo empieza a ser incluso mas insoportable, lo que nos lleva irónicamente a rascarnos aún mas y a producirnos dolorosas heridas en la piel.
“La gente sigue rascándose a pesar de que podrían terminar sangrando“, dice Zhou-Feng Chen, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, que ahora está trabajando en el por qué de esto. El trabajo de su equipo en ratones sugiere que todo se reduce a una desafortunada interferencia neuronal.
El problema: La serotonina
Sabemos que el neurotransmisor serotonina ayuda a controlar el dolor, y ese dolor – proveniente de rascarnos intensamente – ayuda a aliviar la picazón, por lo que el equipo de Chen se dispuso a estudiar si la serotonina también está involucrado en el proceso de la picazón. Para ello, empezaron con ratones modificados genéticamente para no podían producir serotonina. Normalmente, los ratones inyectados con una sustancia química que irrita su piel se rascan endemoniadamente, pero los ratones modificados no parecían tener casi ningún deseo de rascarse. Los ratones genéticamente normales recibieron un tratamiento para prevenir que la serotonina abandonara el cerebro evitando también que se rascaran después de haber sido inyectado con el producto químico, lo que indica que el impulso de rascarse comienza cuando la serotonina sale del cerebro y alcanza el punto donde se encuentra la irritación.
El resultado ayuda a explicar por qué la gente puede quedarse “enganchada” a rascarse una picazón hasta el punto de sangrar, dice Chen. “La gente se rasca porque el dolor inhibe la picazón“, dice – y esto a su vez se produce porque la serotonina controla el dolor, posteriormente la gente acaba rascándose más intensamente para registrar un dolor lo suficientemente fuerte como para suprimir la picazón, el pez que se muerde la cola. “El cerebro quiere controlar el dolor por lo que pone más y más serotonina.”
El aumento gradual de la picazón
Este no es el final de la historia. Hace unos años, Chen y sus colegas descubrieron que las células cerebrales llamadas neuronas GRPR hacen la sensación de picazón más fuerte. El ultimo trabajo del equipo en los ratones también muestra que la serotonina, en su camino hacia el sitio de picazón, esencialmente obtiene sus cables cruzados y activa las neuronas moluladoras del picor GRPR , así como las neuronas moduladoras del dolor.
Esto significa que cuando nos rascamos un picor, la serotonina extra que lanza el cerebro para controlar el dolor también agrava la sensación de picazón.
Chen dice que debería ser posible desarrollar una terapia para controlar la picazón crónica bloqueando el receptor de serotonina a través del cual se activan las neuronas GRPR. Pero Gil Yosipovitch, director del Temple Itch Center at Temple University en Filadelfia, nos da una advertencia: “El problema de la picazón crónica es que no sólo hay un receptor y un camino”, dice. “Así que hay mucho camino por recorrer para pasar de un bonito ratón a una autentica terapia.”
Fuente: New Scientist