Dislexia: Mitos y leyendas
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La dislexia es probablemente uno de los temas más comentados en psicología infantil, después del TDAH. Muchos padres temen que cualquier dificultad de aprendizaje se convierta en una dislexia, es un tema del que todos hablamos pero que por algún motivo presenta muchas dudas. No es algo que tengamos claro. Por ello hoy vamos a dedicarnos a desbancar algunos mitos populares esperando así arrojar un poco más de luz sobre el tema.
¿Qué es la dislexia?
Es un trastorno del aprendizaje de la lectura y la escritura. Se da en niños sin problemas físicos, psíquicos o culturales que puedan causarlo (sino no es una dislexia). Es un trastorno específico para estas dos habilidades y persiste durante la vida del niño. La dislexia es un trastorno o alteración específica del neurodesarrollo .En el DSM-IV se la considera como “trastorno especifico en el aprendizaje (de la lectura), códigos: F.81.0/315.00”. La dislexia afecta a al menos un 4% de la población Española.
Los problemas más comunes que incluye este trastorno son: Problemas al recitar el alfabeto, nombrar letras, hacer rimas, analizar o clasificar sonidos, etc… En estos niños la lectura se caracteriza por sustituciones, omisiones, inversiones, distorsiones y adicciones. Son más lentos y vacilan más, presentan problemas para seguir visualmente objetos y pueden tener alterada la comprensión lectora. En estos niños el rendimiento suele ser menor al potencial del sujeto y esto es lo que da las primeras alarmas.
Se postula que la causa de estos problemas es una alteración en los procesos intermedios, entre que se recibe la información a través de los sentidos (un sonido) y se elabora su significado. Aunque sobre las causas y los procesos hay diversas teorías, así como tipos de dislexia se postulan.
Mitos:
- La dislexia es una fase de la que los niños salen. Falso. La dislexia (que no otro problema que se confunda con ella) permanece con la persona, esta puede aprender técnicas para que afecte menos a su vida diaria y académica pero esta no se “cura”. Es decir, existen adultos con dislexia. No es solo una condición infantil aunque solo oigamos hablar de ella en la infancia (probablemente porque es en el sistema educativo que se da el choque más fuerte).
- Los niños con dislexia son vagos o tontos: Esto es totalmente falso. Para diagnosticarla se requiere que el niño no consiga el nivel esperado a pesar de esfuerzo suficiente e inteligencia normal. La dificultad persiste a pesar de la capacidad y esfuerzo del niño. Los niños con dislexia tienen un CI normal y suelen de hecho tener que esforzarse mucho más que un niño normal para las tareas, por ello aparecen muchas veces más cansados. Para ellos tareas simples pueden tener una dificultad añadida que les requiere más esfuerzo. Albert Einstein era disléxico.
- Los niños con dislexia a pesar de tener problemas en la lectoescritura luego son muy dotados en otras áreas. Esto es falso. Puede darse que algún niño tenga una especial habilidad en otras áreas pero ello no se debe a la dislexia. La dislexia no afecta a otras áreas.
- La dislexia no tiene diagnóstico. Falso. Existen pruebas de evaluación neuropsicológica que son llevadas por equipos multidisciplinares dedicados a ello.
- Un niño que no invierte letras no es disléxico, uno que sí, si lo es. Falso. Por este motivo muchos niños son erróneamente no diagnosticados. Los disléxicos pueden invertir las letras pero hay más síntomas, por ejemplo la confusión de sonidos y símbolos visuales es básica. Así mismo un niño que invierte letras no tiene por qué ser disléxico.
- La dislexia consiste primariamente en alteraciones visuo-perceptivas. Falso. Aunque pueden darse problemas de lecto-escritura por alteraciones de este tipo, en el caso de la dislexia se debe a un problema de procesamiento. Concretamente tienen dificultades en percibir y procesar bien los fonemas (las unidades más simples de sonido que diferencian significados) así como unirlos con las letras que los representan. Los estudios de neuroimagen funcional y electroencefalograma muestran una activación/reacción diferente en los cerebros de los niños con dislexia cuando estos llevan a cabo tareas de procesamiento fonológico. La dislexia al ser un trastorno del neurodesarrollo tiene una base neurobiológica, se da una alteración en el desarrollo neuronal del cerebro mientras el niño crece, pero la percepción y los sentidos del niño funcionan bien, es el nivel cognitivo que se presenta deteriorado de forma específica.
- No se puede diagnosticar hasta los 8 años. Falso. Aunque el diagnóstico oficial como tal se recomienda a partir de los 8 años, ya que por ejemplo las inversiones de letras son normales y comunes hasta los 6 años si es cierto que se puede anticipar su aparición, o problemas precoces y trabajar en ellos para ver como evoluciona el niño, para luego reevaluar a los 8 años si efectivamente hay dislexia o no. Suele haber signos precoces antes de que en el colegio se evidencie de forma más intensa. La intervención precoz es básica.
- Los niños con dislexia no aprenden a leer. Falso. Los niños con dislexia pueden leer. Tal vez les cueste más aprenderlo y lean más lento pero pueden leer.
- La dislexia afecta más a los hombres. Falso. La dislexia afecta por igual a hombres y mujeres. Lo que ocurre es que la conducta de los chicos puede ser más disruptiva que la de las niñas y tal vez por ello los profesores envíen más a evaluar a los niños que a las niñas.
- Si sacas buenas notas y vas bien en el colegio no puedes ser disléxico. Falso. Un niño disléxico puede ser un buen estudiante. Con esfuerzo y motivación pueden ser tan buenos como cualquier otro estudiante. Los disléxicos llegan a la universidad y pueden tener éxito como cualquier otra persona. Sobre todo si disponen de las herramientas para adaptar su estudio a sus necesidades.
- La dislexia es hereditaria. Depende. Se sabe que la dislexia tiene un fuerte componente hereditario. Por ejemplo el trastorno se da en el 40% de los hermanos de disléxicos y también se observan patrones del tipo padres con dislexia-hijos con dislexia, en los padres la prevalencia es de un 27-49 %. El problema es que aún todavía no se sabe qué tipo de herencia rige la dislexia. Se postulan marcadores en el cromosoma 15 y 6, pero no está claro. En cualquier caso, podemos decir que no se da una herencia directa. Que un padre tenga dislexia no implica que su hijo vaya a tenerla, simplemente aumenta la probabilidad. Algunos estudios sitúan la influencia en un 60% genética, 40% ambiental.
- Todos los niños disléxicos son iguales. Falso. Existen diferentes perfiles e incluso hay autores trabajando en la creación de subtipos de dislexia (por ejemplo dislexia fonológica versus dislexia superficial). Lo que sí se sabe es que el 87% de los sujetos presentan alteraciones a nivel fonológico.
Fuente: Disfam, Desarrollando mentes, The Yale Center for Dislexia and Creativity, Quince cuestiones básicas sobre la dislexia, ladislexia.net, Wikipedia, Papalia, Psicoactiva.
Imagen: Wikimedia Commons, Flickr, Wikipedia.