Puede que el grafeno se haya llevado toda la fama en los últimos meses, pero ahora ha llegado un auténtico caballo negro (y nunca mejor dicho) que ha llegado de ninguna parte y que le puede superar en la línea de meta: el fósforo negro.

El fósforo negro es una estructura en forma de sábanas en la que átomos de fósforo se unen en un plano de dos dimensiones; sus propiedades para la electrónica ya eran conocidas, con la creación de transistores de efecto campo con un rendimiento y una eficiencia mayor. Pero el gran problema estaba en conseguir las cantidades necesarias para la exigente industria actual, y mucho menos de manera controlada.

El fósforo negro, ahora mas fácil de fabricar

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Un nuevo avance de investigadores del Trinity College de Dublin puede cambiar las cosas, con un nuevo método de fabricación de fósforo negro que asegura la creación de grandes cantidades, y al mismo tiempo controlando el tamaño de las “sabanas”. De esta manera han podido crear material para crear sensores de gas o para reforzar materiales.

fosforo negro

En vez de sacar capas de fósforo negro una tras otra como hasta ahora, este nuevo método suelta el material en un solvente líquido, que a continuación es bombardeado con ondas acústicas que hacen vibrar el material, despegando las capas. Un punto negativo del fósforo negro es que estas capas se degradan rápidamente en contacto con agua u oxígeno; los investigadores se aprovecharon de ello teorizando que un solvente crearía una capa alrededor del material que lo protegería, y así se ha demostrado.

El fósforo negro puede ser mejor que el grafeno en muchas aplicaciones, gracias a una mayor brecha energética del material que favorece la creación de dispositivos eléctricos. Ahora todas las miradas se han puesto en este nuevo material oscuro.