HP Chromebox, análisis a fondo y experiencia de uso

Chrome OS se ha plantado como la revolución que necesitaba el mercado de ordenadores personales. La llamada era “post-PC” ha hecho un gran daño a las arcas de los principales fabricantes, que buscan desesperados una roca a la que agarrarse ante el tremendo vendaval que han supuesto las tablets y los smartphones modernos. Esa roca debería haber sido Windows 8, pero en ese momento Microsoft estaba mas preocupada por adaptar su producto a los nuevos formatos que en proteger el pilar en el que se sostenía. Eso dejó un hueco, la oportunidad perfecta para que Google se presentase como la salvadora con su Chrome OS.

Como sistema operativo para ordenadores portátiles de bajo coste, Chrome OS ha encontrado un nicho muy valioso que es capaz de enfrentarse a las tablets y smartphones, pero… ¿qué hay de los ordenadores de sobremesa? ¿Tiene cabida Chrome OS en el escritorio? Es una pregunta de difícil respuesta y depende mucho de lo que esperes en un dispositivo de estas características. HP se ha atrevido a buscar la respuesta con su Chromebox, un mini-PC con Chrome OS instalado por defecto.

HP Chromebox, características

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En el interior del Chromebox HP ha confiado en la plataforma de Intel, que ha centrado una buena parte de su proyecto en los últimos años en crear procesadores frugales en términos de consumo y necesidades térmicas. Por otra parte, la elección de un procesador de la gama Celeron deja a las claras el camino que ha elegido HP: el de un sistema dirigido a un rango de precios en particular. Pero antes de adelantar acontecimientos, repasemos sus características.

• Procesador Intel Celeron 2955U con dos núcleos a 1.4 GHz y 2 MB de caché.
• Gráfica Intel HD Graphics con frecuencia de 200 MHz a 1000 MHz.
• Memoria RAM 2 GB DDR3L a 1600 MHz.
• Almacenamiento SSD SATA de 16 GB.
• Conexión de red Gigabit Ethernet integrada 10/100/1000.
• Conexión inalámbrica Wifi 802.11a/b/g/n (2×2).
• Bluetooth 4.0.
• Lector de tarjetas de memoria 3-en-1
• Conexión USB 3.0 con cuatro puertos, dos delanteros y dos traseros.
• Salidas de vídeo HDMI y DisplayPort.
• Salida de audio jack conjunta de micrófono y altavoz.
• Adaptador de corriente externo de 65 W.
• Medidas 12.5 x 12.3 x 3.9 cm
• Peso de 630.5 gramos
• Sistema Operativo Chrome OS

Como vemos se trata de una máquina equilibrada, no hay nada que destaque por encima del resto, algo que es mas importante de lo que parece a la hora de diseñar un ordenador como este. Como era de esperar las opciones de conectividad se mantienen respecto a un Chromebook, incluso incluyendo un lector de tarjetas. La inclusión de un puerto Ethernet para conexiones de red por cable es agradecida, ya que suele ser descartado para conseguir un dispositivo mas fino, un problema que HP no tiene con este formato.

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En cuanto al resto de conexiones, un punto a favor es que todos los puertos USB son de especificación 3.0. Las opciones de sonido están bien cubiertas para la mayoría de usuarios con el jack conjunto de micrófono y auriculares, a lo que hay que sumar la conexión HDMI y la DisplayPort que garantizan que podamos conectar el Chromebook a monitores y televisores modernos, aunque los usuarios con modelos mas viejos seguramente tendrán que usar un adaptador a DVI. Esto es mas probable de lo que parece, ya que el Chromebook apunta a un sector de gama baja que atraerá a aquellos que lleven mucho tiempo sin actualizar el sistema.

En lo que respecta al procesador, el Celeron 2955U debería ofrecer la potencia suficiente para realizar tareas en Internet, pero la gran duda está en el chip gráfico. La HD Graphics de Intel no llega al nivel de otras opciones integradas del mismo fabricante, y puede ser el talón de Aquiles de la máquina en situaciones de muchas operaciones a 1080p, pero eso es solo la teoría. A la hora de la verdad la pieza que determinará si eso es cierto es la última de la lista, el sistema operativo Chrome OS.

Acabados

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El HP Chromebox se presenta en un formato mini-PC de proporciones cuadradas y minúsculas comparadas con las de un ordenador común. Aún hoy en día cuesta aceptar que en un espacio tan reducido el fabricante haya conseguido incluir todo lo necesario para ofrecer una experiencia notable para el usuario, pero tiene sentido si pensamos en el Chromebox como un pequeño ordenador portátil con un formato algo diferente. Es perfectamente posible coger todo el ordenador en la palma de la mano, gracias tanto a sus dimensiones como a su peso, y el transporte es tan sencillo como meterlo en un bolsillo de la maleta o mochila.

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La calidad aparente del dispositivo es relativamente alta, teniendo en cuenta su precio. Está claro que no podemos esperar grandes cosas en esta gama, pero pese a todo HP ha sido capaz de crear un diseño que no da vergüenza enseñar, que podemos tener en el salón de casa sin problemas. Solo cuando nos fijamos mucho encontramos algunos de los sacrificios, como las junturas que unen las piezas de la carcasa; en la unidad probada estas junturas eran mas evidentes en la parte inferior, con algunos huecos en las esquinas muy evidentes cuando volteamos el dispositivo, algo que afortunadamente no vamos a hacer casi nunca.

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El diseño cuadrado tiene sus pros y sus contras. Acostumbrados como estamos a los diseños anchos, el Chromebox da una sensación especial nada mas sacarlo de la caja. Es entonces cuando nos damos cuenta de que tres de los cuatro lados tienen conexiones o ranuras, pero a diferencia de lo que pudiéramos pensar el lado limpio no es el frontal; el logotipo de HP con acabado plateado y el de Chrome en la parte superior de la carcasa nos indican la dirección en la que tenemos que ponerlo, y en ese momento se revelan decisiones de diseño algo extrañas.

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Y es que el frontal reúne el botón de encendido, dos de los puertos USB disponibles y una horrorosa pegatina de Energy Star que no tiene ningún motivo para estar ahí; si tan orgullosa está HP de esta certificación debería haberla puesto donde corresponde, en la parte trasera del dispositivo. Tal y como está es un grano en el relativamente limpio diseño y una de las primeras cosas que cambiarás o directamente quitarás. Quitando los detalles estéticos, esta disposición no es la mejor para conectar dispositivos USB, ya que tendremos que poner una mano en la parte trasera para aguantar el empuje de la otra, tapando momentáneamente la salida de aire caliente del dispositivo. Estas conexiones, como el resto, no tienen ninguna cubierta y están al aire libre, y con el paso del tiempo es posible que se acumule cierta cantidad de polvo, aunque no mas de lo habitual.

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En la parte izquierda tenemos la ranura de tarjetas 3-en-1, que ofrece una sensación adecuada pese a no tener click; meter y sacar tarjetas es rápido e incluso podemos hacerlo con una mano. Al lado se encuentra la ranura para el cable de seguridad; tal vez de manera sorprendente es aquí donde está el botón de reinicio, solo accesible con un clip o un objeto similar. En parte es comprensible que HP no haya querido que los usuarios usen ese botón a las primeras de cambio, ya que en teoría el sistema debería ser lo suficientemente estable como para solo necesitar el botón de encendido; pero también es una decisión que nos supondrá gastar tiempo buscando algo para presionar el botón de reinicio en el poco probable caso de que algo salga mal. Es algo que molestará mas a los usuarios avanzados que a la mayoría, en todo caso.

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La parte derecha está vacía, y tal vez hubiera tenido mas sentido que los puertos USB estuviesen aquí. Tal y como está no molesta pero huele a oportunidad perdida. La parte trasera es la mas jugosa, y la que realmente nos revela el buen trabajo de HP para encajar todas las funciones del Chromebox en un espacio tan reducido, cumpliendo al mismo tiempo con las necesidades del hardware. Como ejemplo de este trabajo tenemos las ranuras de ventilación en la parte superior, por las que sale el aire caliente generado por el procesador y el chip gráfico; con tener cuidado de que no estén tapadas y de que el polvo no se adueñe de ellas, debería ser suficiente para disipar el calor, y eso se mire por donde se mire es sorprendente.

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Debajo tenemos las conexiones, empezando por la entrada de electricidad; el Chromebox usa un adaptador de corriente externo de 100-240 V a 19.5 V, pero no es tan molesto como suena. Con unas medidas de solo 10.6 x 4.4 x 2.9 cm, es de un tamaño similar a cualquier adaptador de ordenador portátil del mercado y puede ser ocultado fácilmente en cualquier sitio; incluso en situaciones de alta carga el adaptador no se calienta de manera apreciable.

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Continuando por la parte trasera del Chromebox, vemos el puerto Ethernet y los dos restantes puertos USB 3.0, uno encima del otro, aunque conectar dos dispositivos al mismo tiempo no supone ningún problema. A continuación, dispuestos de manera vertical, están los conectores HDMI y DisplayPort, dejando para el final la entrada conjunta de micrófono y auriculares. La calidad de los conectores entra dentro de lo que nos cabría esperar, aunque hay algunos que no parecen encajar del todo bien con la carcasa, dejando pequeños huecos que en todo caso son imperceptibles a simple vista. Montar el Chromebox es por tanto un trabajo muy sencillo, sobre todo si aprovechamos sus conexiones inalámbricas para deshacernos de los cables (Wifi para la conexión de red y Bluetooth para teclados y ratones).

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Por último, la parte inferior del Chromebox tiene, además de los habituales datos de diversas regulaciones, un fondo agujereado con el que se crea un flujo de aire que pasa por los componentes y acaba en las ranuras de ventilación traseras; la mínima altura en la que está el dispositivo es suficiente para coger el aire frío necesario. Cuatro soportes de goma se encargan de aguantarlo, y no hemos detectado ningún indicio de “cojeo”; tal vez hubiera sido de agradecer algún tipo de soporte vertical que nos hubiera permitido ahorrar incluso mas espacio, pero en horizontal el Chromebox es lo suficientemente pequeño como para pasar desapercibido la mayor parte del tiempo.

Chrome OS

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Una vez que encendemos el Chromebox es cuando vemos el verdadero pilar sobre el que se ha construido el dispositivo, un pilar que probablemente al mismo tiempo sea lo mejor y lo peor que tiene: Chrome OS. En cuanto lo encendemos e iniciamos sesión con nuestra cuenta de Google nos daremos cuenta de lo que esto significa.

Y es que el navegador no es solo el pilar de Chrome OS, sino toda su existencia. Prácticamente todo se hace en el navegador, incluso cambiar la configuración del sistema; por lo tanto, el escritorio de Chrome OS no tiene pérdida porque casi todas las interacciones se harán a través de la ventana del navegador, a excepción de algunas aplicaciones que abrirán su propia ventana como el administrador de ficheros, muy limitado y que solo sirve para mover archivos de un lugar a otro. Como punto positivo la integración con Google Drive es plena y los archivos guardados en la nube se comportan como si estuviesen guardados de manera local.

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Una barra inferior recoge todos los elementos de la interfaz y el escritorio en sí solo sirve para mostrar la imagen de fondo; todo lo que podemos hacer lo tenemos a nuestra disposición en la barra inferior, empezando por el menú inicio en la parte izquierda. Un menú inicio que realmente no es mas que una serie de accesos directos a las aplicaciones web incluidas que se abren en el navegador.

A continuación tenemos mas accesos directos, esta vez directamente en la barra de tareas; recuerdan a los accesos directos de Windows 7, y en ese aspecto el estilo transparente ayuda bastante. Sin embargo, puede costar saber exactamente qué es lo que hemos iniciado, ya que el único indicador es una pequeña barra de color blanco para la aplicación en primer plano y grisácea para las que están en segundo plano; podría haber sido deseable algún tipo de indicador mas claro a primera vista, como un recuadro alrededor del icono, pero es comprensible que se haya optado por un diseño mas elegante ya que acabaremos usando mas las pestañas del navegador que la barra de tareas.

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En la parte derecha de la barra se concentra buena parte de las opciones disponibles en Chrome OS. Empezando por el menú de notificaciones, que se ha integrado con Google Now; este es un servicio bien conocido por los usuarios de Android pero que no ha conseguido tanto seguimiento en el escritorio, y por una buena razón. Google Now se conecta con los servicios de Google para mostrarnos información relevante dependiendo de lo que estemos haciendo o de dónde estemos. Por ejemplo, según los datos de geo-localización obtenidos puede mostrarnos la previsión meteorológica, si sabe que nos gusta un deporte en particular puede mostrarnos los últimos resultados, o si estamos a punto de hacer un viaje puede avisarnos de la hora de salida de nuestro avión.

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Google Now es una herramienta muy útil en un smartphone, y en un ordenador portátil podría tener sus utilidades, pero en un ordenador de mesa no tiene razón de ser. Los datos que conseguirás pueden seguir siendo útiles, pero de ninguna manera podrás explotar sus posibilidades. Además en este menú también se muestran el resto de notificaciones, ya sea de funciones del sistema o de apps que hagan uso de ellas; esta integración es de agradecer en apps de mensajería y similares, pero en general las notificaciones pueden llegar a ser molestas, sobre todo porque permanecen activas demasiado tiempo, casi diez segundos. Lo peor es que no tenemos opción para cambiar esta duración, aunque si que tenemos un botón con el que podemos silenciarlas todas y un menú en el que podemos elegir las aplicaciones que no queremos que nos molesten.

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A continuación vemos el reloj y nuestro avatar de Google, que al ser pulsados revela el menú emergente de accesos directos a la configuración. Es aquí donde podemos cerrar la sesión iniciada y controlar aspectos del sistema como el volumen o las conexiones, ya sean por cable o inalámbricas, pero el verdadero meollo está en la página de configuración de configuración del sistema, accesible mediante el botón “Configuración” en este menú.

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Aquí es realmente están todas las opciones disponibles, como por ejemplo las de las conexiones de red, ya estemos conectados a Internet por cable o por Wifi; en este último caso podemos buscar las conexiones Wifi rápidamente desde el menú emergente o bien podemos introducir a mano aspectos como el SSID, el cifrado utilizado y la contraseña necesaria, aunque a la mayoría de usuarios les bastará el menú emergente.

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Continuando con la pantalla de configuración, aquí encontramos también algunas opciones de personalización, como la posibilidad de descargar temas y aplicar fondos de pantalla diferentes, ya sea descargados a través de Internet o de una carpeta local. La siguiente sección es la dedicada al control, en la que podemos cambiar la sensibilidad del ratón, cambiar su botón principal (para zurdos y diestros), cambiar la configuración del teclado (muy útil si tenemos un teclado genérico y queremos usar las teclas de función), así como cambiar la resolución y la orientación del monitor o televisor.

Otras secciones importantes son las del gestor de usuarios que nos permite incluir un usuario como invitado que tendrá una sesión por defecto, así como opciones de accesibilidad con las que podremos aumentar el tamaño del cursor del ratón o usar un modo de contraste alto. Entre el resto de opciones la mayoría pertenecen al navegador en sí, como la posibilidad de cambiar el buscador por defecto, cambiar detalles sobre nuestra privacidad o administrar las contraseñas.

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Dicho de una manera amable, la pantalla de configuración de Chrome OS es un desastre. No es mas que la pestaña de configuración del navegador Chrome, que ya tiene sus puntos negativos, con mas entradas y por lo tanto mayor confusión. Los apartados parecen dispuestos aleatoriamente, sin ningún intento de agruparlos por temáticas, y para encontrar la opción que queremos no tendremos mas remedio que hacer scroll contínuamente; hay un recuadro de búsqueda, pero tiene sus limitaciones. Sorprende que un sistema que está orientado a usuarios que no quieren complicaciones tenga una configuración tan caótica y tan poco visual.

Rendimiento

Con un hardware tan limitado tenía auténtico miedo del rendimiento que me podía encontrar con el Chromebox de HP, pero de alguna manera Chrome OS consigue aportar lo necesario para conseguir un escritorio rápido, hasta cierto punto. Una buena muestra es el arranque, que se produce en apenas siete u ocho segundos desde que tocamos el botón de encendido hasta que llega al escritorio. Una vez en él, la tónica continúa con un inicio rapidísimo del navegador web y cualquier app instalada.

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En general la mayoría de los usuarios no debería tener problemas usando varias pestañas, así como disfrutando de contenido multimedia incluso con monitores a resoluciones 1080p; igualmente la velocidad de reacción de las ventanas es la apropiada. Sin embargo, si somos de los que hacemos muchas cosas al mismo tiempo pronto nos encontraremos con las limitaciones del hardware del Chromebox. Con varias pestañas abiertas y un vídeo en alta definición reproduciéndose en segundo plano es fácil notar cómo el sistema “renquea”, cómo el gestor de escritorio tarda mas de lo normal en mostrar el contenido de las ventanas, y cómo el navegador no da de si cuando hacemos scroll en páginas web.

Si solo estamos haciendo una o dos tareas al mismo tiempo, nunca encontraremos esos problemas, pero los que quieran explotar al máximo la multitarea se quedarán esperando al sistema en mas de una ocasión. Y curiosamente el mayor sospechoso de esta situación es el conjunto de procesador Celeron y  el chip gráfico de Intel, que sufren sobremanera en términos de multitarea a altas resoluciones. Se nota que este es un sistema diseñado con una resolución baja y pocas aplicaciones en mente.

Aplicaciones

Pero sin duda alguna si hay un motivo por el que los usuarios avanzados no deberían optar todavía por uno de estos sistemas es la cantidad de aplicaciones disponibles. Puede que la Chrome Web Store haya recibido muchas incorporaciones desde que fuera abierta por vez primera, y que las aplicaciones web cada vez sean mas completas y numerosas, pero sigue habiendo cosas que solo puede hacer un programa nativo.

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Por supuesto en lo que respecta a la ofimática Chrome OS viene por defecto con sus apps de procesador de textos, presentaciones, y hojas de cálculo, compatibles con archivos creados con otras suites como Microsoft Office. En el aspecto multimedia Google Play Movies y Google Play Music nos sirven para reproducir vídeos y música respectivamente, una posición que Youtube también cubre. De nuevo, todas estas apps también las podemos disfrutar en el navegador Chrome en el resto de sistemas operativos.

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Como añadido, Chrome OS incluye programas que cumplen funciones básicas del sistema, como la calculadora, extremadamente simple sin posibilidad de usar una versión científica, una app de cámara para grabar vídeo con la webcam que incluye una variedad de filtros, y un administrador de archivos con el que apenas podemos mover y eliminar los archivos descargados; al menos la integración con Google Drive es completamente transparente para el usuario y podemos tratar los archivos guardados en la nube como si estuviesen guardados de manera local.

Conclusiones

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Chrome OS es un sistema por y para la web, eso es algo que probablemente nunca cambiará y de lo que no tiene sentido quejarse; simplemente Google apunta a un tipo de usuario muy particular, y si no encajamos con ese perfil es poco probable que usemos el Chromebox como ordenador principal. Eso no significa que no tenga su utilidad, por supuesto. Los usuarios que no hagan nada mas con el ordenador que navegar por la web tienen en el Chromebox un sustituto a tener en cuenta contra los ordenadores clásicos.

El resto de usuarios tal vez le encuentren utilidad como equipo multimedia hasta cierto punto, ya que la dependencia de aplicaciones web es por ahora un obstáculo difícil de ignorar. El Chromebox es un dispositivo que nos hará replantearnos el tipo de uso que le damos a un ordenador; puede que descubramos que en realidad no necesitamos más, o nos hará reafirmarnos como usuarios que buscamos algo mas. Tal es el terremoto que ha introducido Google en el mercado, y eso solo puede ser bueno.