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Tecnología

Chips programables que pueden mejorar con actualizaciones

Dos compañías están metidas en el desarrollo de chips programables que pueden ser modificados y actualizados para mejorar con el tiempo

23 febrero, 2015 19:32

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Normalmente cuando compras un dispositivo, será el mismo durante toda su vida. No con los chips programables.

La idea de que un chip pueda cambiar para adaptarse a cada situación y software no es nueva, y lleva el nombre de FPGA; básicamente son circuitos y bloques internos que pueden ser modificados para cumplir diferentes funciones dependiendo del caso. Aunque son muy útiles en algunos campos no han conseguido una gran popularidad; la ventaja de poder reprogramarlos como queramos se desvanece cuando nos damos cuenta de que tienen que ser más grandes, y tienden a ser más lentos y necesitar más energía que los chips habituales.

Estas son las compañías que apuestan por los chips programables

Dos compañías creen que los chips programables tienen lugar en el futuro de los smartphones y la nube. Por una parte Flex Logic ya está haciendo pruebas con su primer modelo, aunque cuando los lance no se encargará de fabricarlos. En vez de eso venderá licencias para modificar chips y añadirles partes programables, con un coste de unos 15 céntimos.

Por su parte Efinix se centra en la utilidad que estos chips programables pueden tener en dispositivos con muchos sensores; al programar el chip específicamente para manejar el flujo de datos que provienen de los sensores la compañía asegura que pueden ser 20 veces más eficientes que un chip actual. Mayor eficiencia implica no sólo mayor velocidad de procesamiento, sino también menos energía usada, algo muy importante en dispositivos médicos, por ejemplo.

procesador programable

procesador programable

Un chip programable además tendría otras ventajas. Por ejemplo, los fabricantes no tendrían que lanzar un procesador para cada gama y para cada sector, sino que podrían partir de un sólo diseño que modificarían para los diferentes casos de uso. Los fabricantes de procesadores actuales ya hacen algo similar, ya que no todos los chips “nacen” iguales en el proceso de fabricación; los que tienen menor rendimiento suelen venderse como versiones más baratas de los chips “sanos”.

También sería posible actualizar los chips para que ganasen funciones que no tuviesen de fábrica, como usar nuevos protocolos de comunicación o de cifrado. Así no estaríamos obligados a cambiar de dispositivo cada vez que apareciese una nueva tecnología. Pero para que eso ocurra aún falta mucho.