Las radiaciones solares dañan la piel incluso horas después de tomar el Sol
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Verano, llegan tus ansiadas vacaciones (ojalá) y lo que más te gusta es torrarte en la playa y allá que vas tú. Te embadurnas en crema solar de factor 30 para protegerte mientras estás allí y llevas un poco de after-sun para luego, por si te pasas un poco y te conviertes en una hermosa gamba.
Investigadores han descubierto que la luz solar sigue dañando el ADN de nuestra piel horas después de haber penetrado en ella, cosa que podría llevar al desarrollo de cáncer. Este efecto, según sugieren, podría combatirse utilizando la misma crema solar la noche siguiente.
Cómo ya os hemos contado en varias ocasiones en Medciencia, el melanoma es la forma más letal de cáncer de piel y su aparición se desarrolla a la exposición solar. Estos rayos de luz ultravioleta causan cambios en el ADN de las células de nuestra piel produciendo mutaciones que llevan al desarrollo del cáncer.
Siempre se ha pensado que este daño sucedía de forma inmediata cuando los rayos de luz ultravioleta incide en nuestras células, pero investigaciones recientes en la Universdad de Yale han encontrado evidencia de que los efectos son menos directos y de mayor duración.
Se dieron cuenta de que las células se la piel de los ratones siguen sufriendo cambios hasta tres horas después de la irradiación con luz UV, pero sólo en aquellas células que contienen melanina, el pigmento responsable del color de la piel y que son las que nos da el moreno que tanto nos gusta. Debido a que la melanina absorbe la luz UV, la idea era que el pigmento nos protegía de algunos de los efectos dañinos de la luz solar, pero la melanina también está haciendo algo perjudicial que no se esperaba de ella, con lo buena niña que parecía.
Daño en la oscuridad
Cuando los investigadores miraron más de cerca, encontraron que la luz UV activa dos enzimas que producen una serie de alteraciones en el pigmento de melanina y son las que permanecen activas varias horas, produciendo una especie de “daño en la oscuridad“ cuando no estamos expuestos al sol. Esto mismo sucede con los melanocitos humanos, las cñelulas que producen melanina en nuestro cuerpo.
Todo esto significa que las medidas que se han hecho sobre el daño al ADN de nuestras células de la piel por el Sol sólo registran en efecto inmediato, por lo que probablemente subestiman el verdadero daño que se está produciendo.
Sin embargo, podrían haber formas de bloquear este daño posterior mediante antioxidantes que combaten los efectos de las enzimas que antes comentábamos antes de que puedan dañar el ADN. Efectivamente, cuando los investigadores utilizaron un antioxidante comprobaron que con esto evitaban el daño posterior en las células de la piel. Con esto, sugieren que los aficionados a tomar el Sol podrían utilizar una crema solar que incluyera un antioxidante similar para reducir el daño sobre el ADN.
Los protectores solares protegen de las radiaciones solares, pero hasta los rayos de menor energía, utilizados en las camas de bronceado tienen este efecto tardío de “daño en la oscuridad”, por lo que todo esto supondrá una evolución a mejor en nuestra protección solar y así evitar el temible melanoma.
Vía | New Scientist.