Estamos rodeados de todo tipo de chips y procesadores, pero ¿has pensado alguna vez en cómo es el interior de un procesador?

Esta “autopsia” de un Pentium III (un procesador con ya una década y media encima) nos muestra las maravillas microscópicas que nos estamos perdiendo. Y eso que hoy en día este procesador de Intel está obsoleto y el procesador que tienes en el móvil es mejor.

Pero lo que esta CPU tiene es que es lo suficientemente grande como para poder “destriparla” sin necesidad de muchas herramientas especiales; además, en realidad la mayor parte de lo que vemos no es el chip en sí sino la placa usada para conectar con el socket de la placa base.

Así es el interior de un procesador

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En esta foto vemos la parte azul, que es el chip en sí.

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Una vez que termina “el destrozo”, podemos observar una pieza del chip con un microscopio óptico, y eso ya produce resultados interesantes. Cada uno de esos agujeros conecta el interior del chip con la placa.

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Pero si miramos más de cerca, podemos empezar a ver la estructura interior del chip.

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Cambiando el enfoque podemos ver las diferentes capas de circuitos del interior del procesador.

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Si usamos un microscopio electrónico de barrido podemos mirar al chip desde un lado y entender la escala en la que están esos circuitos. ¿Los ves?

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Claro que no, para verlos tenemos que aumentar mucho mas.

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Ya se van notando…

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Ahí está la circuitería de un procesador, en un ángulo diferente al anterior. Es para asombrarse que el ser humano sea capaz de fabricar algo tan pequeño con tanta precisión, ¿verdad?