La sinestesia o mezcla de sentidos, ¿puede enseñarse?
¿Puede la sinestesia aportar beneficios cognitivos? En caso de respuesta afirmativa: ¿puede enseñarse para que más personas se vean beneficiadas a través de esta condición? Hay más de 60 tipos conocidos de la sinestesia, una condición en la que la estimulación de un sentido, como el sabor, conduce a la experiencia automática e involuntaria de un segundo sentido. Algunas de las percepciones más características son imaginar colores al escuchar música (cromaestesia) o sentir un sabor durante la lectura.
Las personas con sinestesia, que fue reconocida como condición neurológica en 1990 pero se conocen casos desde 1812, tienden a obtener mejores resultados en pruebas de memoria. En un estudio del año 2003, el experto en este tema Nicolas Rothen, que trabaja en la Universidad de Sussex, publicó una revisión en la que indicaba que, como grupo, efectivamente los sinestésicos obtenían mejores resultados en pruebas de memoria que los no sinestésicos. Esto se da de forma más notable en las tareas que implican color, patrones o palabras abstractas, pero no tanto en cuestiones relacionadas con la ubicación espacial. Esto conduce a una ventaja relacionada con el rendimiento en ciertos tipos de tareas memorísticas.
Profesiones artísticas
Algunos de los beneficios de la sinestesia en la memoria pueden transferirse a disciplinas creativas, como por ejemplo tocar un instrumento. En la cromaestesia, por ejemplo, los sinestésicos son capaces de ver un cambio de color de forma clara cuando se produce un cambio de tono. Así, pueden tocar las notas de manera similar a la creación de un puzzle.
También la creatividad se ve beneficiada de la sinestesia. De hecho, ésta no se considera un problema o un déficit, sino una experiencia adicional que enriquece la percepción de la realidad. A lo largo de la historia, la condición ha permitido a muchos artistas desarrollar sus trabajos creativos, como Nabokov o Van Gogh.
Hay estudios que han analizado en la sinestesia y la creatividad, y a través de los cuales se han encontrado resultados prometedores. En un estudio se realizaron encuestas a 82 sinestésicos sobre creatividad y tiempo dedicado al arte. Los resultados mostraron que estos tendían a pasar más tiempo dedicados a tareas artísticas que el resto de la población.
Enseñar sinestestia
Mientras que la idea predominante es que se trata de una condición hereditaria, existen varios indicios científicos de que factores ambientales durante la infancia también tienen un fuerte efecto sobre los síntomas de sinestesia. Y eso es lo que ha llevado a los investigadores a pensar que la sinestesia podría también “enseñarse”.
Varios estudios ya han encontrado que es posible enseñar ciertos aspectos de la condición, lo que podría tener beneficios potenciales para la memoria y la creatividad. Sin embargo, muchos de los efectos positivos de esta enseñanza dependen de la intensidad y la duración de la formación, así como de la motivación intrínseca del participante de tomar parte en el experimento. También se han relacionado los síntomas de la sinestesia como método para reducir los efectos de trastornos tales como el autismo o la dislexia. Ya no se duda de la existencia real de la sinestesia. En esta última década, los expertos están centrando sus esfuerzos en conocer los efectos de la sinestesia y sus ventajas y desventajas.
En este momento los científicos saben ya que la sinestesia ofrece beneficios para la memoria en adultos jóvenes, pero no se sabe si tiene un efecto protector sobre la memoria a medida que envejecemos. Si éste fuera el caso, la sinestesia podría usarse para proteger o mejorar la memoria de las personas mayores.
Fuente | British Psychological Society