Consiguen crear tomates que reducen el colesterol
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El colesterol es un elemento vital en la supervivencia de cada célula de nuestro organismo, sin embargo, en cantidades mayores de la norma, esta sustancia se acumula y amontona en nuestro torrente sanguíneo pudiendo ocasionar severos problemas a nuestra salud.
Tras el diagnóstico de ‘colesterol elevado’,o como algunos le llaman, ‘colesterol malo’, el paciente debe cambiar su dieta y estilo de vida, recomendandosele alimentos ricos en omega 3, ejercicio moderado y sobre todo evitar la comida basura y los alimentos con mucho colesterol.
Pero la UCLA nos ilumina con un novedoso avance en la lucha contra el colesterol: Mediante ingeniería genética, crear tomates que reducen el colesterol malo en nuestras células.
La ciencia del tomate
Este magnífico alimento, rico en antioxidantes (ojo, están en la piel) nos llega con un nuevo beneficio: reducir el colestrol malo (LDL) al emular la producción de colesterol bueno (HDL) que eliminaría en las arterías el exceso de LDL.
El equipo, dirigido por Alan M. Gogelman y Srinavasa T. Reddy, especialistas en ateroclerosis y farmacología médica respectivamente de la Universidad de California en Los Ángeles, introdujeron mediante técnicas de ingeniería genética un gen encargado de sintetizar un péptido que actuaría de forma similar al HDL. El experimento se llevó a cabo en ratones que no disponían del mecanismo de reducción del LDL en sangre, y se les suministró el tomate modificado en una forma molida.
En añadida, se les introdujo en un régimen rico en grasas, que les llevaría a padecer aterosclerosis e inflamación. Los investigadores obtuvieron que aquellos ratones que comieron los tomates modificados, tuvieron una acumulación significativamente menor de placa ateroclerótica.
Después de unas horas, el péptido desapareció de la sangre
Además de estos magníficos resultados, el experimento arrojó un nuevo concepto que permitiría tratar la aterosclerosis, pues tras unas horas de la ingesta del tomate, solo se encontraba el péptido en el intestino y no en el torrente sanguíneo, sugiriendo que actúa en el intestino y que después es degradado a aminoácidos que serán absorbidos al torrente sanguíneo.
Pero no solo consiguió disminuir los niveles de LDL, sino que además logró reducir la respuesta inflamatoria, aumentó la actividad antioxidante y redujo los niveles de un compuesto relacionado con la aparición de tumores que aceleran la acumulación de placas en estos animales.
Este puede ser un ejemplo perfecto de cómo conseguir mediante un alimento, como es el tomate, y con técnicas de ingeniería genética, cambios en nuestro organismo que nos ayuden a controlar las enfermedades que ponen en juego nuestra salud física y mental.
Fuente |UCLA