Hormigas robot que trabajan como las de verdad
Festo, el fabricante alemán, ha presentado unas hormigas robot junto con varios animales robóticos que se fijan en la naturaleza para resolver problemas
29 marzo, 2015 12:01Noticias relacionadas
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En otro caso de imitación de la naturaleza, Festo ha presentado sus hormigas robot y otros animales mecanizados con mas utilidad de la que parece.
Las hormigas son el mejor ejemplo que nos encontramos de colaboración entre animales de la misma especie, con una sociedad bien estructurada en la que cada miembro cumple una función. ¿Por qué no aplicar esa misma estructura a la robótica?
Ingenieros de la compañía alemana Festo lo han intentado con BionicANTs, unas hormigas robot que forman una colonia y que son capaces de comunicarse entre sí para repartirse las tareas.
Del tamaño de una mano, estos robots tienen un sensor óptico como el de un ratón en el tórax para saber cómo se están moviendo, además de contar con dos micro-cámaras que hacen de ojos. Las antenas se conectan con rieles para recargar su batería interna.
Estas hormigas robot, de las que ya hay una docena, son capaces de darse cuenta de cuando un trabajo es demasiado para una sola unidad, y llaman a sus compañeras; por ejemplo, para recoger un trozo grande de basura. Por eso pueden ser útiles en fábricas o entornos similares, en los que las hormigas patrullarían de noche.
Estas hormigas robot no están solas
No son los únicos robots que se asemejan a animales. Festo también ha creado mariposas robóticas; cada una tiene sensores infrarrojos que manda información a un ordenador central, que calcula y ordena sus movimientos.
Pero la mayor innovación está en sus alas, lo suficientemente ligeras y al mismo tiempo elásticas como para no romperse pese al aumento de frecuencia de aleteo (de 1 a 2 Hz).
Los soportes de carbono aseguran que el conjunto sea además ligero (32 gramos) a pesar de lo grandes que son (50 cm de largo). Pueden mantenerse en el aire durante 4 minutos en una carga y volar a una altura de 2.5 metros.
Por último, Festo, en colaboración con la Universidad de Oslo, se ha fijado en los camaleones, en particular en la pegajosidad de su lengua. Básicamente se trata de un brazon robótico con una punta de silicona para coger todo tipo de objetos, algo que puede ser muy útil en cadenas de montaje.
Por el momento son sólo prototipos, pero puede que pronto las fábricas estén llenas de estos “animales” que ayudarán en la producción.