Consumir cannabis aumentaría la formación de falsos recuerdos
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El uso y consumo del cannabis o marihuana es y seguirá siendo polémico hasta que sepamos darle un uso correcto, evitando sus efectos secundarios nocivos. Hace poco de hecho os hablamos sobre los beneficios de esta droga en cuanto al tratamiento de hasta 10 enfermedades diferentes, pero hoy debemos mirar la otra cara de la moneda, pues parece ser que el consumo desmedido de cannabis a largo plazo podría dañar nuestra memoria, haciendo más propensos a los consumidores crónicos a distorsiones de memoria, falsos recuerdos o imaginaciones de cosas que jamás ocurrieron.
Los falsos recuerdos del cannabis
Según el nuevo estudio, a cargo de la Universidad Autónoma de Barcelona y publicado en Molecular Psychiatry, los consumidores de cannabis serían más propensos a experimentar falsos recuerdos. Anteriormente se conocían problemas de memoria provocados por esta droga, ya que los consumidores crónicos mostraban mayores dificultades que la población general para la retención de nuevos recuerdos, o para recuperar los antiguos. En este caso, lo que el estudio nos revela es que este consumo crónico provocaría, además, distorsiones de memoria, dando lugar a eventos imaginarios y falsos recuerdos.
Como ya sabemos, nuestra memoria es tremendamente maleable, y podemos engañarla con relativa facilidad. Las distorsiones y falsos recuerdos pueden provocarse, y de hecho es típico verlos en trastornos neurológicos y psiquiátricos, aunque también en individuos sanos (de vez en cuando), y se vuelven más comunes cuanto más envejecemos. Uno de los recuerdos falsos más comunes suele tener que ver con la infancia, pues nos cuentan historias sobre nuestras propias vivencias una y otra vez, y aunque realmente nosotros no lo recordemos, “fabricamos” esos falsos recuerdos, con el afán de mantener el control sobre nuestra propia memoria (algo complejo y prácticamente imposible).
Para llegar a estas conclusiones sobre el consumo del cannabis, los investigadores de los hospitales de Sant Pau y Bellvitge compararon un grupo de consumidores crónicos de cannabis con un grupo control sano, mientras trabajaban en el aprendizaje de una serie de palabras. Tras unos minutos, se les mostraban las palabras originales junto a las nuevas palabras relacionadas semánticamente o no. Se pedía a los participantes que identificasen las palabras que pertenecían a la lista original.
Como habréis imaginado, los consumidores de cannabis creían que habían visto las nuevas palabras relacionadas semánticamente mucho más que los participantes del grupo control. Posteriormente a esto, los investigadores realizaron pruebas de resonancia magnética, descubriendo que los consumidores de cannabis tenían una menor activación de las áreas cerebrales relacionadas con la memoria y los procedimientos de control general de los recursos cognitivos.
Además, el estudio encontró déficits de memoria, incluso aunque los participantes hubiesen dejado de consumir cannabis hasta un mes antes del estudio. Las consecuencias de la droga se habían acumulado, y la actividad del hipocampo era menor tras toda una vida de consumo. Esto sugeriría que el cannabis tiene un efecto prolongado sobre los mecanismos cerebrales encargados de diferenciar entre hechos reales e imaginarios, y dichos errores de memoria podrían llegar a causar problemas legales (como en situaciones de testimonios, por ejemplo). Pero, desde el punto de vista médico, cabe añadir que el uso crónico del cannabis podría incluso empeorar los problemas de pérdida de memoria relacionada con la edad.
Vía | Universitat Autònoma de Barcelona.
Fuente | Molecular Psychiatry.