Tecnología

Desarrollan nuevos antibióticos en bacterias

31 mayo, 2015 21:11

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Al igual que nos podemos aprovechar de un olivo para recoger aceitunas, los avances en el campo de la microbiología y biotecnología han permitido hacer uso de microorganismos como las bacterias para sintetizar un producto totalmente funcional. Siguiendo esta idea, los investigadores están haciendo uso de la archiconocida Escherichia coli (E. coli) para producir nuevos antibióticos.

La investigación se publicó el pasado 29 de mayo en el Science Advances, dirigida por Blaine A. Pfeifer, profesor de ingeniería biológica y química de la University at Buffalo School of Engineering and Applied Sciences.

El estudio

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Durante más de una década, Pfeifer ha estudiado como modificar E. coli para generar nuevas variantes de eritromicina, un popular antibiótico. En el último estudio, junto a su equipo se ha aprovechado E. coli para sintetizar docenas de nuevas variantes de este fármaco que ligeras diferencias estructurales.

Empleando los productos obtenidos y aprovechándose de las diferencias respecto al antibiótico estándar, se consiguió acabar con bacterias de la especie Bacillus subtilis que mostraban una resistencia a la eritromicina clínica.

“Nuestro objetivo es diseñar nuevos antibióticos que puedan hacerle frente a la inminentes resistencias a antibióticos, y estamos dando los pasos necesarios. No solo hemos creado análogos de la eritromicina, sino que hemos desarrollado una herramienta para hacer uso de E. coli como fábrica del fármaco” afirma Pfeifer.

Para los investigadores, el empleo de esta bacteria como fábrica no ha sido tarea fácil; esta bacteria crece rápidamente dificultando el proceso experimental y la optimización de la producción. Además esta bacteria es idónea para la ingeniería genética gracias a la sencillez que tiene para aceptar nuevos genes.

Combatiendo la resistencia

En la imagen se incluyen diferentes cultivos de Bacillus subtilis resistentes a eritromicina y las direrentes variante del fármaco (formando discos blancos). Los halos que se forman alrededor de los discos blancos, indican que dicho fármaco es capaz de acabar con la bacteria resistente.

Esto se consiguió gracias al diseño de 40 análogos de la eritromicina, al añadir mediante enzimas azúcares de 16 formas distintas a la molécula.  De esta forma se consiguió superar en 3 casos la resistencia bacteriana.

¿Por qué nos interesa tanto combatir la resistencia a antibióticos? Actualmente, fallecen al año 700.000 personas por enfermedades causadas por patógenos bacterianos. Para 2050, se estima que la resistencias generadas por el abuso de los antibióticos llegarán a alcanzar los 10 millones de muertes en todo el mundo, por lo que es la hora de tomar medida. Lo conseguido por Pfeifer y su equipo es solo el principio de esta lucha, y abrirá camino a las nuevas investigaciones en este campo.

Fuente | University at Buffalo