Las 7 cosas que deberías saber sobre la osteoporosis
No es la primera vez que hablamos de la osteoporosis, de hecho ya en su día comentamos cómo la menopausia podía provocar o acelerar la enfermedad en las mujeres, ya que esta condición debida a la edad disminuye la cantidad de estrógenos corporales, y a su vez la densidad ósea. La osteoporosis, como algunos ya sabréis, se caracteriza por una disminución de la masa ósea, cosa que conlleva un mayor riesgo de sufrir fracturas. Actualmente afecta a millones de personas en todo el mundo, y otros tantos tienen riesgo de osteopenia o baja densidad ósea, otra condición que podría desembocar finalmente en la misma osteoporosis. Hoy hablaremos sobre 7 datos de esta enfermedad.
1. No es posible saber si sufrimos osteopenia u osteoporosis hasta que ya es tarde
La osteoporosis, como otras enfermedades, es silenciosa. La primera vez que se detecta (sin haber hecho pruebas previas por cualquier otra razón) se debe al hecho de haber sufrido alguna fractura sin ningún golpe o lesión previa, o haber perdido hasta 5 centímetros de altura. Se conocen muchos factores de riesgo que desembocan en osteoporosis, como las altas dosis de esteroides, trastornosalimenticions como la anorexia, antecedentes familiares, piel blanca, mala nutrición o la falta de alimentos lácteos (ricos en calcio); además de factores tóxicos como el tabaco o el alcohol.
Pero, por desgracia, no se suele diagnosticar hasta que ya es tarde.
2. Existen medicamentos para detener o revertir el problema
Actualmente disponemos de los fármacos bifosfonatos, cuya misión es tratar la baja densidad ósea y prevenir la pérdida ósea mediante la inactivación de un tipo de células llamadas osteoclastos, los cuales tienen como misión reabsorber tejido óseo. Por su parte, existen otros medicamentos capaces de promover el crecimiento de hueso nuevo.
Aún así, estos medicamentos tienen sus consecuencias, entre las cuales destaca el dolor articular y/o muscular, daño esofágico, ardor de estómago y efectos cardíacos como arritmias o palpitaciones. Incluso existen casos de la llamada “necrosis mandibular” causada por la toma de bifosfonatos, aunque es una situación rara que suele afectar a los pacientes con un cáncer previo.
3. Existe una “fecha limite” para que los medicamentos hagan efecto
No todo es de color de rosa, y aunque existe un tratamiento, estos fármacos anteriormente mencionados suelen tener efecto durante una media de 3 años, y a partir de aquí se debe decidir que hacer. El esqueleto humano puede alterarse y, paradojicamente, producirse fracturas o daños a nivel mandibular o en huesos largos, además de debilitamiento e incluso la muerte de algunos tipos de hueso.
En muchos casos son necesarios “descansos” y periodos sin esta medicación, pues continuar durante mucho tiempo puede ser peligroso.
4. La osteopenia no requiere tratamiento, pero la osteoporosis sí
La osteopenia o baja densidad ósea es una condición previa a la osteoporosis, y raramente se trata como sí ocurre con esta última (excepto pacientes con cáncer de mama cuyo tratamiento incluye fármacos que aumentan la pérdida de tejido óseo, y en tal caso sí requerirían tratamiento aún teniendo solo osteopenia y no osteoporosis).
En caso de encontrarnos con una osteopenia se suele hacer hincapié en los factores de riesgo que hemos comentado al principio: Evitar el tabaco o el alcohol, consumir suficiente calcio y vitamina D, hacer ejercicio físico… Todos estos factores, teniéndolos a raya, pueden evitar que pasemos a osteoporosis y por tanto al uso de fármacos. De hecho, el primer “tratamiento” recomendado es precisamente el ejercicio físico, con bastantes buenos resultados en muchas ocasiones.
5. Buen estilo de vida y cuidar las glándulas tiroides y paratiroides
Volvemos a repetirlo, pues la dieta, el ejercicio, y la ingesta adecuada de calcio manteniendo a su vez los niveles adecuados de vitamina D pueden ahorrarnos muchos problemas. Por su parte, aunque parezca “poco científico”, hay ciertas cosas a tener en cuenta en nuestro hogar con el fin de evitar las posibles fracturas: Evitar el uso de alfombras, llevar unos zapatos adecuados y no dejar obstáculos por nuestro hogar, por ejemplo.
Por su parte, las hormonas de las glándulas tiroides y paratiroides también tienen efectos en la salud ósea. El denominado hiperparatiroidismo es bastante común, y la cirugía para extirpar la glándula que está trabajando de más suele ir bastante bien. Tanto los excesos como la falta de calcio suelen sentar muy mal al cuerpo.
6. Una baja densidad ósea no significa acabar siempre en fractura
Relacionándolo con el punto de la osteopenia, aunque una baja densidad ósea nos otorga un mayor riesgo de acabar sufriendo una fractura, esto no implica un 100% de riesgo. De hecho, la baja densidad representa de un 20-60% del riesgo. Alto, pero no definitivo, pues existen otros factores que nos pueden destinar a una fractura, y de hecho no es necesario sufrir osteoporosis para que estas se produzcan.
7. La paradoja de los medicamentos contra la osteoporosis
Finalmente, y recordando la peculiaridad de los medicamentos contra la osteoporosis, cabe recordar que estos pueden disminuir el riesgo pero no cortan de raíz totalmente el peligro de sufrir una fractura. De hecho, como hemos comentado, el uso a largo plazo de estos medicamentos se ha asociado a una mayor pérdida de resistencia ósea y a un aumento de fragilidad. Se ataja el problema de la baja densidad, sí, pero puede conllevar otros.
Sin embargo, y por suerte, el uso de estos medicamentos produce más beneficios que daños colaterales, y por ello seguimos usándolos.
Vía | Prevention.