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Las adversidades en la niñez aumentan el riesgo de migraña en los adultos

28 junio, 2015 12:09

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Los problemas, ya sean psicológicos o físicos, durante la niñez pueden dar lugar a ciertas consecuencias a largo plazo, ya bien entrada la edad adulta. Factores tan importantes para la vida a largo plazo como son la salud cardiovascular, la habilidad de adquirir habilidades sociales, o las consecuencias de sufrir traumas infantiles pueden llegar a tener su huella no solo en nuestro desarrollo de vida adulta, sino incluso en nuestro ADN.

Ahora, un nuevo estudio a cargo de la Universidad de Toronto añade una consecuencia más a esta lista, y es que sufrir adversidades durante esta etapa tan moldeable de nuestra vida podría dar lugar a episodios de migraña.

La migraña y los problemas en la infancia

Para ponernos un poco en contexto, los investigadores describen como “adversidades” las situaciones tales como presenciar violencia doméstica entre los padres, el abuso físico o el abuso sexual en la infancia.

Así lo comenta Sarah Brennenstuhl, autora principal del estudio:

“Encontramos que, cuantos más tipos de violencia había presenciado o había sido expuesto el individuo durante la infancia, mayores eran sus probabilidades de sufrir migraña. En aquellos que reportaron los tres tipos (violencia doméstica de los padres, abuso físico durante la infancia, o abuso sexual), las probabilidades de sufrir migraña eran poco más que tres veces mayores en los hombres, y algo menos de tres veces mayores en las mujeres”

Para llegar a esta conclusión, los científicos examinaron una muestra a nivel nacional de 12,638 mujeres y 10.358 hombres de 18 años o más desde el año 2012 gracias a la Encuesta de Salud Mental Canadian Community Health.

Fue toda una sorpresa encontrar un vínculo entre el estrés psicológico en la infancia y las migrañas, tras considerar otras variables como la edad, raza, nivel socioeconómico, antecedentes de depresión y ansiedad… Aún con todos estos factores en mente, los individuos que habían sufrido abuso físico o abuso sexual durante la infancia, o habían sido testigos de ello, tenían un 52% o un 64% de probabilidades mayores, respectivamente, de sufrir migraña, en comparación a los que no habían sufrido o presenciado eventos de este tipo.

Cabe destacar que se trata de un estudio observacional (una gran encuesta, pero una encuesta al fin y al cabo), y no incluye datos de causa-efecto, sin embargo los investigadores creen que es una buena base para dirigir una investigación futura al respecto.

Vía | PsychCentral.