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Las bacterias están modificando su forma para adecuarse a nuestra garganta

15 julio, 2015 18:38

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El concepto que introdujo Charles Darwin sobre evolución determinaba que la especie que mejor se ajustaba a los cambios producidos en el medio era la que establecía la línea sucesoria de la misma y a la que se asemejaba el actual fenotipo. Actualmente, disponemos de los medicamentos para hacer frente a la invasión bacteria, haciendo de la selección natural un proceso mucho más selectivo.

En la supervivencia de las bacterias, su forma y estructura juega un papel vital. El análisis de la evolución de las bacterias patogénicas que viven en nuestra garganta sugiere que las bacterias están modificando su forma, y que este cambio se ha producido a lo largo del tiempo desde su forma bacillus a la forma coccus.

Un nuevo huésped

El estudio se publicó en PLOS Genetics, y en él el profesor Frédéric Veyrier junto a su equipo demostraron que estos cambios en la forma de la bacteria le permitirían superar las defensas del sistema inmune del hospedador. El hallazgo no solo ha armado jaleo en el INRS-Institut Armand-Frappier Research Centre, sino que es motivo de preocupación de muchos centros sanitarios en los que las enfermedades respiratorias son un caso común y encabezan el tercer puesto en las causas de muerte en todo el mundo.

La actual forma de las bacterias Neisseria meningitidis y Moraxella catharrallis pueden causar infecciones graves en humanos, y todo ello debido a su altamente adaptada forma que los permite residir en las cavidades y vías nasales. Análisis genéticos de sus antecesores en la línea bacteriana han sacado a la luz un gen que parece ser el protagonista de esta adaptación: yacF.

La ausencia de este gen hace posible que la forma de la bacteria asegure su supervivencia. Para entender como esto ocurre, debemos de conocer que tanto en la forma alargada (bacilo) como en la esférica (coco) existen unas proteínas en la superficie celular diferentes. Y estas proteínas son de vital importancia para el reconocimiento de la bacteria por parte del sistema inmune hospedador.

Las piezas comienzan a encajar; las bacterias, con una forma distinta a la habitual, dificultarán la tarea de reconocimiento del sistema inmune defensor pudiendo establecerse por tiempo prolongado en la garganta, causando una infección continua y con una sintomatología más severa.

Este conocimiento permitirá a los investigadores elaborar una nueva serie de fármacos cuyo rango de acción haga frente a los nuevos tipos bacterianos, por ejemplo inhibiendo la formación de estas proteínas de membrana o desestabilizandolas, o mejorando el sistema inmune para potenciar el reconocimiento.

Fuente | INRS