La enuresis nocturna podría indicar apnea obstructiva del sueño en mujeres mayores
La apnea del sueño, un trastorno que se caracteriza por el paro de la respiración mientras dormimos porque las vías respiratorias se estrechan o bloquean parcialmente, ha sido tradicionalmente vista como una enfermedad que afecta sobre todo a los hombres. Sin embargo, también afecta a las mujeres. Es más, la frecuencia, como indicaba un estudio sueco, ha aumentado en los últimos años.
Su diagnóstico correcto y a tiempo es muy importante, sobre todo en las mujeres de más edad, porque cuando la apnea del sueño no se trata pueden desarrollarse problemas médicos graves, debido a que los órganos no reciben la cantidad suficiente de oxígeno. Entre ellos se incluyen accidente cerebrovascular y enfermedad cardiovascular, así como diabetes.
Mojar la cama
Los resultados de un nuevo estudio sugieren que la enuresis nocturna, es decir, mojar la cama por la noche, podria ser un síntoma adicional que los médicos debrían tener en cuenta a la hora de evaluar las mujeres posmenopáusicas para la apnea obstructiva del sueño.
Investigaciones anteriores habían sugerido que las mujeres pueden subestimar algunos síntomas a la hora de informar la falta de sueño, lo que lleva a diagnósticos erróneos de depresión o insomnio. Los investigadores se propusieron determinar si la enuresis nocturna, que ya se ha asociado con la apnea obstructiva del sueño en la infancia, podría ser un factor de riesgo adicional que valdría la pena considerar.
Para ello, los científicos utilizaron la vasta información disponible a través de la Women’s Health Initiative, un programa de investigación que siguió a más de 161.000 mujeres posmenopáusicas entre 1993 y 2005. Comenzaron por analizar la prevalencia de factores de riesgo de apnea tradicionales entre las mujeres: obesidad, ronquido, la falta de sueño, sueño interrumpido, hipertensión y somnolencia durante el día, para después examinar la asociación con la enuresis nocturna. En el análisis, los expertos tuvieron en cuenta una amplia gama de posibles factores de confusión, como el número de embarazos a término, el consumo de alcohol y muchas otras características demográficas y médicas.
Lo que los expertos encontraron es que cuantos más factores de riesgo tradicionales experimentaban las mujeres, mayor era la probabilidad de experimentar enuresis nocturna. Por ejemplo, una mujer con dos factores de riesgo presentaba de promedio el doble de probabilidades de padecer enuresis. Y una mujer con cuatro factores de riesgo tradicionales tenía casi cuatro veces más probabilidades.
Fuente | Sciencedaily