Descubren la importancia evolutiva del amor gracias a los pájaros
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El amor es una ciencia compleja. Cada persona es un mundo, tiene diferentes ambiciones, gustos, comportamientos, y la tarea de encontrar la persona adecuada no es nada sencilla. En cuando hablamos del apareamiento, entendemos que somos extremadamente exigentes a la hora de asentarnos y tener hijos. ¿Pero que papel juega aquí la evolución, no perdemos mucho tiempo en esta selección cuando por naturaleza deberíamos procrear y dejar la mayor descendencia posible?
No es nada fácil realizar investigaciones sobre el amor, hay muchos contras casi todos de carácter ético. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en PLOS Biology a manos de Malika Ihle, del Max Planck Institute for Ornithology, Alemania describe un experimento elegante diseñado para comprender las consecuencias de la elección de la pareja.
La clave está en los pájaros
Los autores conocían que el pinzón cebra compartía ciertas características con los seres humanos en cuanto a elegir la pareja, la vida en monogamia y compartir el seno parental. La hembra del pinzón elegir cuidadosamente al macho con un selecto criterio.
Usando como población de muestra 160 pájaros, los autores realizaron una prueba de selección dejando grupos de 20 hembras para que eligiesen los afortunados 20 machos. Una vez se habían emparejado, la mitad de las parejas se separó para simular una vida conyugal. A la otra mitad se les separó de su pareja, dejando cada uno en un nido aparte y con el corazón roto.
Tras esto, se analizó por separado el comportamiento de estas aves, el número de descendientes y la supervivencia tanto de las crías como de los padres. Los resultados mostraron que la supervivencia de las crías era un 37% mayor en los individuos que habían vivido en pareja frente a los que se habían separado.
Además, comprobando los nidos se encontró que los que habían sido separados dejaron 3 veces más huevos no fértiles que los elegidos. También había más huevos rotos, o perdidos, y más crías muertas.Curiosamente, las hembras que habían sido separadas copulaban mucho menos y mostraban menos actividad.
Con ello, se concluye que este grupo de aves eligen la pareja que le parece más estimulante, sin ser necesariamente comprendida por el observador externo, y que esta estimulación consiste básicamente en asegurar la copulación, cuidar de la cría y participar en su crecimiento.
¿Os suena de algo? El ser humano realiza un proceso similar con los mismos objetivos. Para más evidencia, los resultados de este estudio comparten ciertos patrones con otros estudios realizados en humanos buscando el sentido del matrimonio y del amor.
Fuente | PLOS